Diana Sofía Giraldo | El Nuevo Siglo
Viernes, 12 de Diciembre de 2014

PREOCUPANTES NOTICIAS
¿La ciudad a oscuras?

Las   preocupantes noticias de estos días vienen en serie. Más impuestos. Desplome de precios del petróleo. Subida del dólar. Salario mínimo demasiado mínimo. Condena internacional por  lo ocurrido en el Palacio de Justicia. Los gemelos de Falcao no se mejoran. Los de James se lesionan. River Plate derrota al Atlético Nacional. El Niño se asoma pero no llega del todo. Sí, las noticias son preocupantes.                           

Ahora, la buena nueva es que inauguraron en Bogotá un sistema que “mitiga” el riesgo de racionamiento de energía eléctrica este mes y hasta diciembre del 2015. Aunque no                                 es muy seguro que así sea, porque se necesitan más adiciones y  estudiar cómo evoluciona el consumo, para saber si  viviremos horas físicamente más oscuras en los próximos meses.

¿Cómo así? ¿Apagón? ¿Racionamiento? ¿Estuvimos todo este tiempo  en riesgo inminente de un apagón y nadie les advirtió a los habitantes del centro el país, así fuera para que compraran velas oportunamente?

Según la información de El Tiempo, solo esta semana comenzó a operar el dispositivo llamado  “compensador estático de potencia reactiva” , con lo cual, según el Alcalde,    “queda garantizada la seguridad energética por un año más”, y ayudará a controlar los saltos de voltaje que funden                            por millares los electrodomésticos, según les consta a más de siete millones de usuarios bogotanos.

El sector eléctrico ha sido manejado con seriedad y prudencia, reconocidas unánimemente. La empresa de energía de la capital tiene una larga tradición de buenas administraciones, aun en medio de las peores épocas de politiquería del gobierno local. ¿O debemos decir tenía? Porque  esa política de parches anuales, que se anuncia como remedio para evitar los apagones, es alarmante en una generación de energía que requiere planes a largo plazo, y no se puede arreglar a la carrera, cada vez que se presente una crisis, como si se tratara de  recoger de afán unas basuras, para que el Procurador no vuelva a imponer sanciones a la Alcaldía, por sobrepasar los límites extremos de la improvisación.

La inversiones de este sector requieren una planeación cuidadosa, donde la continuidad y estabilidad de las políticas, una condición básica. Un año es ya. Un plazo cortísimo. Y el abastecimiento de energía no puede avanzar                    con esta especie de saltos de rana, con el riesgo de apagón y los ciudadanos sin saber si la luz volverá cuando                     accione de nuevo el interruptor. ¿O este será otro de los sapos que nos prometieron como manjar de moda              servido desde La Habana?

Por curiosa ironía, el sistema se instala en una subestación llamada Nueva Esperanza, que entrará a operar  a finales del año entrante. Este primer salto de sapo puede ayudar a evitar apagones en Bogotá, Cundinamarca, Meta, Guaviare y Tolima.

Es un tiempo suficiente para identificar responsabilidades y, sobre todo, para explicarle a la comunidad lo que ocurre y             permitirle prepararse para la contingencia. Porque sería imperdonable que  nos quedáramos a oscuras de repente, por culpa de nadie, pues nadie asume la responsabilidad, porque a los responsables del sector se les fueron las luces.