Definida la nómina de candidatos a la Presidencia llegó la hora de la verdad para prender luces en el escenario, así el ciudadano tomará decisión de voto, producto de debates públicos en foro, necesarios para confrontar y evaluar iniciativas sobre un mismo tema.
Hasta el momento solo se ha observado un paisaje de componendas, supuestas adhesiones, coaliciones y juramentos de palabra, para ir en llave a elecciones.
Los candidatos, apenas han sobrevolado ideas sin ningún aterrizaje valorable y concreto. Al hablar no se les percibe, conocimiento y experiencia. Por ahí, hay grietas e inseguridad expresiva, entre lo que proponen y lo que imaginan.
Es cierto que este relevo reviste características especiales por la búsqueda de la consolidación de los acuerdos de paz, con prioridad del hilo conductor de Justicia Especial; sin embargo, se espera - respuesta con propuesta-, para entender que están seguros de una iniciativa y no de un ensayo.
El alcance y perspectiva de los programas de Gobierno no puede ser componente para un eventual corto circuito, económico y social, previsible para 2018, de acuerdo con indicadores en productividad y empleo que golpean efectos sociales.
El país entero espera un trasfondo claro, con esencia, verdad y sinceridad, para escoger el indicado a la Primera Magistratura. Colombia no está para revivir el pasado, ni recalentar ideas, de lo que otros hicieron, o dejaron de hacer.
Esta elección implica exigencias a los candidatos para profundizar programas sin ensayos, ni cambios como flor de un día, en áreas sensibles para los casi 50 millones de habitantes.
Lo exigido que requiere respuesta no es solo paz y posconflicto; también un esquema que fortalezca acción contra delito, crimen, contrabando y corrupción que son en gran parte producto de desarraigo y abandono, en centros urbanos y municipios en crecimiento.
No hay tiempo para más ensayos; Salud pública y sus respectivos sistemas contributivo y subsidiado no pueden ser más dolor de cabeza en el país.
O - Medimás- sirve o no sirve, tiene de manera probada, destacados médicos y profesionales de la salud, pero al parecer, funcionamiento improvisado desde el inicio y, choque interno de criterios.
En otra esquina están quienes reclaman la reducción del Estado para aminorar de verdad el gasto público; si un candidato lo decide, que no sea - ´carretazo de campaña´-.
Lo visto, leído y escuchado hasta ahora a algunos candidatos es para mantenerlo en margen de reserva. Y las encuestas son importantes, pero no pueden quedar como competencia de reality de televisión sin indicar cómo salieron los porcentajes. Tampoco pueden ser producto de las desprestigiadas redes sociales.
Son razones, para esperar debates públicos en foro, con todos los candidatos y con propuestas, para un proceso electoral, limpio y de altura.