Me ha llamado la atención el hecho de que la comunidad internacional, los movimientos sociales más destacados y los políticos más influyentes ligados a la ideología de “izquierda”, empiecen a repudiar, con matices y diferenciación de argumentos, el régimen chavista.
Que Cuba fue el ejemplo de todos los movimientos insurgentes y terroristas más destacados del hemisferio no hay duda y que haya sido el soporte ideológico y diplomático del régimen Chavista, la hay menos. Pero lo curioso es que los ataques sobre la miseria, la igualdad de la gente ante un régimen despótico y la violación sistemática de los derechos humanos y políticos apuntalan exclusivamente hacia Chávez, Maduro, Cabello y sus secuaces más nunca hacia Cuba, como si la tiranía castrista no tuviera nada que ver o como si allí nunca hubiesen padecido lo mismo.
Así, salvo México, Nicaragua, Guatemala y, naturalmente Cuba, todo el mundo defiende las políticas aislacionistas impuestas internacionalmente hacia Venezuela, -como las de la declaración de Lima-, pero siguen fustigando la ley Helmes-Burton que dio lugar al embargo comercial de los EU a Cuba.
Se acusa a Venezuela de ser un régimen tiránico (que lo es) aun cuando celebren sistemáticamente unas elecciones fraudulentas, pero no les parece oprobioso el hecho de que hace 60 años en Cuba no se celebran elecciones libres y la oposición fuese asesinada, expulsada o arrestada.
Se le imputa a la dictadura venezolana (con razón y justica) que su institucionalización es precaria sin perjuicio de lo cual la asamblea general funciona formalmente al igual que la rama judicial, pero se les olvida que, en Cuba, hace ya 60 años, el congreso es el museo más hermoso y estático de la isla y la personificación del poder es absoluto, aún más, se encuentra en cabeza ya no digo de un único partido de gobierno (el comunista) sino de una familia, los Castro Ruz.
Les parece, además, que el hambre, la desolación, el desaliento, la falta de libertades, la censura de prensa y opinión y la ausencia del libre mercado es respetable y entendible e, incluso, justificable en la isla que valientemente “se le paró de frente al imperio capitalista” pero, por su parte, consideran terrible el desabastecimiento, la hiperinflación y los niveles de precariedad económica que sufre el pueblo de Venezuela, cuando los niveles de riqueza per cápita y el residuo de economía de mercado que aún persiste allí es infinitamente mayor al de la tierra de los Castro.
Y como nota de colofón, no sobra recordar que Petro fue adoctrinado por Cuba y, en el 2003, asesoró al régimen Chavista para construir lo que el mundo entero parece hoy repudiar de él.
*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.
@rpombocajiao