Si bien, las encuestas son un reflejo de una situación en un momento determinado del país y miden su pulso, está visto a raíz de los últimos resultados electorales que su credibilidad se puso en cuestionamiento teniendo en cuenta que ninguna firma encuestadora dio como ganador al No en el plebiscito impulsado por el gobierno de JMS. Ante la sorpresa de todos, el No ganó. El pueblo dijo No a los acuerdos de paz de La Habana, las encuestas nunca reflejaron esa situación.
Lo mismo aconteció con el fenómeno político de Donald Trump. Ninguna firma encuestadora norteamericana le apuntó a su triunfo. Y, eso que los norteamericanos son los número uno en materia de firmas encuestadoras. Es más, Trump fue tomado como un objeto de burla por los presentadores de la cadena CNN en inglés y español, quienes apenas vaticinaban el 1%.
A nivel interno, las últimas encuestas arrojaron unos resultados que deberían producir una reflexión en todos los actores y estamentos de la sociedad.
En primer lugar, los partidos políticos se encuentran en su nivel de desprestigio más alto mientras que las Farc van por encima de ellos. ¿Debería preocupar a los dirigentes políticos que sus partidos estén por debajo de imagen favorable que las Farc?
Si yo fuera miembro del Partido Conservador, por ejemplo, sí. Apenas con un 7% de imagen de favorable, si estaría preocupado y haría un llamado vehemente de atención a su dirigencia para que abriera los ojos y se sintonizara con el sentimiento de la base. Siempre en contravía, la dirigencia del partido vs. de las bases.
La última comunicación enviada por el senador Hernán Andrade al expresidente Pastrana es una muestra de lo anterior.
El segundo punto para comentar corresponde a la imagen presidencial de JMS, imagen desfavorable superior al 80%. Tiempo atrás mencioné que al paso que iba JMS terminaría peor que el elefante. Dicho y hecho.
Con el viento adverso en la economía, la cual arrojó una cifra de desempleo cercana a los dos dígitos, lo vengo diciendo desde hace dos años; sumado a los escándalos de corrupción que comienzan a salir a flote al final de su gobierno; JMS, al igual que la dirigencia del Partido Conservador, se encuentra de espaldas al país viviendo en su cápsula de la Casa de Nariño, con sus comités de aplausos, con su régimen apoyándolo y sosteniéndolo.
Finalmente, no deja de sorprender que las encuestas muestren un cierto favoritismo a los candidatos de izquierda vs derecha, así como, no deja de sorprender que ninguno de los candidatos del Centro Democrático registre más de 25 puntos. Lo favorable para el CD es que en todas las encuestas aparece como el partido que más será votado en las próximas elecciones.
En resumen: el pesimismo en medio del proceso de paz con las Farc, el desempleo, la situación económica, la crisis en la educación, salud, los paros continuos, en Buenaventura sin solución a la vista, reflejan el estado de incredulidad e ingenuidad de los colombianos frente a su nueva realidad.
Claro está, que de las encuestas, al igual que algunos monseñores, líbranos señor de todo mal, amén.
Puntilla: ¿Qué tal el pueblo colombiano al ver su nueva realidad, junto con el espejo de Venezuela de Maduro, castigue a la clase política que ha sostenido al régimen de JMS en las elecciones del 2018?