La oratoria política, la de Esquilo, Churchill o Fidel Castro, ha sido reemplazada por el envío corto e inmediato de frases efectistas registradas gracias a Instagram, Facebook y Tik Tok. El discurso pleno no existe, la parte es el todo, la tecnología supera a la ideología, los mensajes se entremezclan, la emoción es distinta de aquella que obedecía al tono y los ademanes que conducía al histerismo de multitudes ondeando bandeas y llenando las plazas públicas.
En el siglo XXI el fenómeno apabulla, modifica los números de los electores en las encuestas y el sentido de las preferencias. Expertos indican a los candidatos cómo deben pronunciarse, escogen temas, los suben a la nube, el efecto multiplica reacciones, los medios de comunicación compiten en los análisis de la noticia que aparecen medio de anuncios publicitarios, la democracia se mueve alrededor de circulares y computadores, la radio y la televisión para difundirla recurren a comentarla, los editorialistas de periódicos por lo general aparecen desactualizados.
Los programas de gobierno editados en folletos ni siquiera terminan en los anaqueles de bibliotecas, cada vez más reducidas en el caso personal, sino en los cestos de basura. Para bien o para mal el Tik Tok altera el funcionamiento de la democracia, los debates en los parlamentos pierden importancia y los funcionarios antes que suscribir actos administrativos recurren a los gurús cuando las relaciones sentimentales, sexuales y laborales, cambian.
La diferencia en el curso de la operación militar especial rusa contra Ucrania entre Zelenski y Putin es notoria porque el desgastado discurso del autoritario exfuncionario de la KGB contrasta con los pronunciamientos incluidos en los cortos videos del presidente de un Estado víctima de insólita agresión que produce desolación, miles de muertos y heridos de las fuerzas armadas invasoras, el sacrificio de una Nación, de los heroicos resistentes que siguen combatiendo en desigualdad para defender el derecho de existir. Zelenski utiliza con éxito el Tik Tok, ha conseguido respaldo mundial.
En Colombia el ingeniero Rodolfo Hernández, sin manifestaciones públicas ni maquinarias, concretó millones de votos, en oposición al candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, se situó en la primera vuelta por encima de Federico Gutiérrez quien expuso tesis coherentes, sustentó alternativas desestimadas por los usuarios del Tik ToK.
Reconozco que el aspirante cibernético de setenta y siete años nos está dando una lección, si gana el en la segunda vuelta ojalá que logre el cambio y en lugar de enmiendas constitucionales y repartición de prebendas burocráticas consiga hacer realidad la erradicación de la corrupción, la ejecución de una política económica justa con rebaja del IVA para la canasta familiar, impulsar la educación, defender el mar, mejorar y extender los servicios de salud, aclimatar la paz y unir al país.
No alcanzo a captar de qué manera se hubiesen enfrentado al TiK Tok Laureano Gómez, Alberto y Carlos Lleras. ¡Vivir para ver! Jamás me imaginé que escribiera este artículo “De la Oratoria al Tik Tok”.