No nos podemos equivocar, Petro es un fenómeno electoral, suscita masas y simpatías entre jóvenes y viejos. En días pasados me encontré a un veterano terriblemente entusiasmado con la candidatura de Petro. Le hice tres preguntas: 1) ¿Cree que fue buen alcalde? ; 2) ¿Es persona honrada y de manos limpias?; y 3) ¿Tiene mejor preparación y trayectoria de vida que Iván Duque? Respuestas: 1) No lo dejaron gobernar; 2) Todos roban y 3) Es diferente.
He ahí los niveles de conciencia de muchas personas como este respetable anciano. Los jóvenes piensan igual, pero mas beligerantes, sumándole a ello una extraña apatía hacia el expresidente Uribe, donde asocian a Duque y que solo se explica por la incansable influencia de sus profesores, pues una gran mayoría son de izquierda y convertidos en agentes ideologizadores por esencia.
Petro sabe el discurso, es demagogo y extremadamente populista, lo que hace atractivas sus propuestas. La gente en su entusiasmo no advierte ni razona el contenido audaz de sus intenciones, pero en el fondo es la misma doctrina destructora del socialismo del Siglo XXI, esgrimida por el ideólogo Hugo Chávez.
No hay duda, si Petro ganara la presidencia implantaría un régimen populista proteccionista, atacará la libre empresa, reduciría a los partidos políticos de oposición, restringiría la democracia y la libertad de prensa, impondría los antivalores, cerraría el congreso y formaría una asamblea constituyente y legislativa, se tomaría los órganos del poder político y seduciría a las fuerzas armadas para consolidar su poder y buscar eternizarse en el.
No podemos equivocarnos, Petro gana terreno y puede ser una gran sorpresa. Tremendo error del Partido Conservador, que en su falta de visión no consolidó sus votos con Iván Duque, yéndose gran parte con Vargas Lleras.
Descuido de la campaña Duque en no captar a tiempo el apoyo de fuerzas políticas reales fieles y firmes con sus votos afines ideológicamente como Mira, Colombia Justa y Libre, Somos y otros grupos cristianos y católicos, porque ellos al no sentirse atendidos oportunamente y decepcionados, pueden migrar a Vargas Lleras con la tristeza de no haber podido acompañar a Duque y Martha Lucia como es su deseo.
Comento lo anterior porque he conversado personalmente con estos dirigentes y he recogido su sentir. A estas alturas de la campaña, se debe captar todo apoyo sano, afín y conveniente, porque así las encuestas favorezcan a Duque, Petro es un fenómeno electoral que crece día a día consolidando un electorado muy fuerte.
De manera que en estos 17 días que restan de campaña hay que abrir los brazos y arremeter con fuerza, si no queremos que el populismo irracional nos gobierne llevándonos a un abismo insalvable. Petro llena plazas, mueve como ningún otro candidato redes sociales, capta juventudes y cuenta con un financiamiento poderoso. La final de la contienda será derecha-izquierda, es decir Duque-Petro. ¡La suerte del país está en juego!