Puesto que no llevo corbata no dejo de pensar de qué prenda puedo prescindir para seguir las recomendaciones del presidente de Gobierno español, Pedro Sánchez, para ahorrar energía. Después de darle muchas vueltas, e incluso, poner el aire acondicionado a 27 grados, lo que dicho sea de paso no refresca el ambiente, llego a la conclusión de que nuestros gobernantes viven en una realidad paralela que nada tiene que ver con la realidad. Y entonces me acuerdo de aquello de que los dioses ciegan a los hombres.
Sí, los dioses ciegan a los hombres a los que quieren perder. Eso creían los griegos de la Antigüedad y me parece que no andaban desencaminados. No se trata de una ceguera física, se trata de la ceguera del alma, de obnubilar la razón hasta perder el sentido de la realidad.
Me temo que en la política, como en otros órdenes de la vida, los dioses se complacen demasiado a menudo cegando a los humanos. Y estos días me sobrevuela esta reflexión escuchando y siguiendo algunas de las actuaciones del presidente Sánchez.
Aconsejar, como ha aconsejado el señor presidente, quitarse la corbata para ahorrar energía es una "boutade" de tal calibre que lo único que ha provocado es que los ciudadanos se rían de él y ahora mismo circulen todo tipo de chistes y chascarrillos a su costa.
Y es que después de semejante consejo se nos subió en un helicóptero "Puma" para ir a Torrejón, que está a un tiro de piedra de la Moncloa, o sea, además de gastar gasolina, contaminando innecesariamente el medio ambiente que dice tanto le preocupa.
Lo he escrito en otras ocasiones, creo que nuestro presidente del Gobierno no termina de hacerse idea de los problemas reales de los ciudadanos, pero sobre todo ni él ni su gobierno están siendo capaces de transmitir que debemos de ser prudentes y sí, ahorrar energía, porque el otoño se presentará con un sinfín de problemas, pero la solución no pasa por las corbatas. La economía no va bien ni en España ni en el resto de Europa, y la guerra en Ucrania se ha enquistado con las consecuencias que eso va a tener en todo el continente.
Pero el Gobierno nos trata como a niños, nada de darnos disgustos diciendo que el horizonte está cargado de nubarrones porque, aducen, el personal tiene ganas de respirar y divertirse después de los años duros de covid. Y no, el covid no se ha ido, aunque el gobierno y nosotros mismos hagamos como que ya no existe, y nuestras ganas de pasar un verano despreocupado es pan para hoy y hambre para mañana.
Pero volviendo a Sánchez y a los dioses, no sé si es que le tienen manía porque, de lo contrario, no me explico como el presidente está tan ciego respecto a la realidad. Sí, debe de ser que le quieren perder, o acaso le han hecho perderse ya, aunque ni él mismo ni quienes le rodean se hayan dado cuenta aún.