Administrad la justicia con ecuanimidad y rectitud y, si es necesario, con rigor y ejemplaridad. Pero cuando la naturaleza de las gentes y las cosas lo permitan, sed también misericordioso y benigno.
Felipe II
Lo más sagrado del ser humano es la libertad. Pero a pesar de eso, se sigue acrecentando en el país y en nuestros fiscales especialmente, el espíritu carcelero. Aun se cree por parte de la Justicia, que todo ser que sea investigado o simplemente denunciado, por cualquier causa, debe ejercer su derecho de defensa bajo las rejas. Aquí prima la presunción de culpabilidad.
Los jueces de garantías intimidados por sus investigadores, que son precisamente los fiscales, no les tiembla la mano para acceder a las peticiones de cárcel del ente investigador.
¿Cómo un juez municipal de garantías le niega a un fiscal delegado ante la Corte Suprema, con sueldo de magistrado, el encarcelamiento de su investigado? Esa intimidación no se resiste fácilmente.
Por eso se está viendo que esa avidez de publicidad de la Fiscalía está llevando al país hacia un claro abuso de la prisión preventiva, sin considerar que la libertad es uno de los derechos fundamentales del ser humano, tal vez el segundo después del Derecho a la Vida, y sin tener en cuenta la situación de hacinamiento de las cárceles y el inmenso número de demandas contra el estado por detención arbitraria.
Hay casos que pueden servir de ejemplo, como el de los directivos de Servientrega, que siempre estuvieron a disposición de la Fiscalía, pero no se podía perder la oportunidad para hacer escándalo. Y hacen capturas cinematográficas para buscar titulares de prensa y querer mostrar eficacia. Vamos a ver en que paran los detenidos por el caso del centro Comercial Andino.
Aquí otro ejemplo; el caso Nidal Waked, lo presentaron a grandes titulares como uno los mafiosos lavadores de plata del narcotráfico, fue ultrajado, su familia vilipendiada por embajadores y funcionarios y la gran prensa, y por eso para evitar más daños a sus familias, acepto haber falsificado unas facturas entre dos empresas una en Miami y otra en Panamá, no hubo más cargos en su contra, y aquí la otrora escandalosa prensa, ni registro el hecho. Acabaron con miles de fuentes de trabajo, de empresas, de medios de comunicación el más antiguo del Istmo, El Siglo y la Estrella. Todo por presiones de un controvertido empresario Panameño.
De manera que en mi pensar es una pelea muy desigual entre el ciudadano en cautiverio, que está pelando contra toda una infraestructura de la Fiscalía con todo el poder. Una cosa es defenderse en libertad y otro amarrado de pies y manos.
Pero además de eso, que ya es una violación de los derechos del incriminado, aparece el alto tribunal de condenas y escarnio público que es la gran prensa, que ya no tiene libertad porque es de propiedad de grandes conglomerados económicos y prejuzga condenando, sin derecho de defensa, a los ciudadanos.
El único camino que nos queda para reformar a la Fiscalía General y a la Justicia es una Asamblea Nacional Constituyente.
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