En comentarios anteriores se han hecho manifestaciones claras y contundentes de optimismo con respecto a todos los episodios de la vida nacional en particular sobre los políticos que tanto inquietan a la gente. Muchos compatriotas como que se mesan los cabellos y opinan que lo que estamos viviendo es gravísimo. No se contentan con ello sino que hacen pronósticos bastante rigurosos y llenos de perspectivas ominosas.
Es cierto que quienes actúan como dirigentes políticos que son los que orientan a la opinión, no son precisamente las cumbres de las buenas costumbres y del recto pensar. Al fin y al cabo es nuestro país heredero de las taras y las virtudes de todos los que nos han precedido; todos los vicios y virtudes nos las trajeron de allende los mares. Nos enseñaron a ser cristianos y nos trajeron la lengua que nos preciamos en practicar. Con ella nos entendemos y también nos desentendemos.
La proliferación de actividades de nuestros compatriotas tendientes a obtener nuestro favor y que los tomemos en consideración para optar a la Presidencia del país, es digna de encomio. No nos recordamos de otra época nacional en la cual se hubieran presentado o mejor hubiera tal cantidad de personas que quieren ser presidentes de la nación. Con ánimo optimista nos parece que es una buena señal, pues los votantes tendrán un muy variado menú del cual escoger.
Que se sepa, Vargas Lleras se ha presentado por sí solo mejor dicho con el aval de las firmas de un montón de colombianos, sin el tradicional apoyo de un partido político que era lo que se usaba. Hoy el Cambio Radical ha dispuesto que apoya esta candidatura. Estábamos casi seguros que el Centro Democrático ya había escogido su candidato, el señor Duque, pero tenemos que rectificarnos a nosotros mismos porque ahora andan en conversaciones el jefe del Centro Democrático. Álvaro Uribe, y Andrés Pastrana Arango, ambos expresidentes del país. Este último obra a su propio nombre y quizás con el de un grupo de compatriotas, la mayoría de ellos conservadores.
Estos dos personajes son tan comunes entre sí como el agua y el aceite. Lo único en común que tienen es el cargo que ambos desempeñaron al cual la nación le ha dado tácitamente un cierto status que les otorga un liderazgo político y social de innegables proporciones. No es muy claro qué pretende esta coalición, si elegir un nuevo juego en el cual el ya seleccionado Duque Democrático pone en juego su designación. Según se dice están en juego y objeto de selección él, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez. Este último conservador controvertido por su actuación como Procurador. Difícil tarea la que se han impuesto los dos expresidentes los cuales, en otras circunstancias serían émulos. Pero como dicen los que saben de política, ésta es una actividad eminentemente dinámica. Las amistades en ella son accidentales y más que practicarla se convierte en complicidad.