CARLOS MARTÍNEZ SIMAHAN | El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Abril de 2014

El valor de los gestos

 

Me impresionó que Tony Blair, reconociera la responsabilidad de los británicos en el conflicto (de 800 años) y a Blair lo impresionó el cese al  fuego unilateral del IRA”. Así lo afirmó Martin Mc Guinnes, viceprimer ministro de Irlanda del Norte, en entrevista con María Isabel Rueda (El Tiempo 1 - IV-14). Del importante reportaje es oportuno destacar la trascendencia de los gestos de paz. Navarro Wolf ha insistido en que el M-19 pudo hacer la paz porque se había ganado la confianza de los colombianos. A pesar de un ejemplo histórico tan a la mano, la necesidad de ganarse la confianza ciudadana ha sido desestimada sistemáticamente por las Farc.

En conversación con ‘Raúl Reyes’, en Roma, durante la conocida gira europea de los negociadores del Caguán, le anoté cómo se estaba debilitando el inicial entusiasmo de los compatriotas por la búsqueda del fin del conflicto. Le agregué: si ustedes no hacen gestos de paz, el presidente Pastrana se verá obligado a romper los diálogos. “¿Cuáles gestos se le ocurren? El Gobierno también debe hacerlos, me replicó”. La iniciativa es de ustedes. Ya el Gobierno apostó alto al darles 48.000 Km2 de territorio. Eso no ha sido correspondido suficientemente, concluí.

No se trata de ser agoreros del pasado, pero similar pesimismo brota y crece hoy con respecto al proceso habanero. “A veces pareciera que las Farc, estuvieran empeñadas en mellar la autoridad y el prestigio de quien generosamente les ha tendido la mano”, escribió recientemente Abdón Espinosa Valderrama. Ciertamente, si es difícil negociar en medio del conflicto, mucho más lo es tolerar las torturas y desmadres sangrientos de una subversión ciega y sorda ante el sufrimiento de los colombianos. Con su ensañamiento en la muerte y las explicaciones cínicas de sus atrocidades, las Farc han puesto entre los palos al Gobierno y hacen tambalear la reelección de Juan Manuel Santos. Lo que se ve en el tinglado es un actor, el Presidente de la Republica, buscando la paz solo… solo. Por eso, construir los necesarios consensos ciudadanos va a resultar cuesta arriba.

Está demostrado que la opción por el terrorismo pesa mucho más en la estrategia de la guerrilla que el realismo político. Para ellos la paz es apenas  un estribillo al que recurren para recuperarse del evidente deterioro de sus efectivos. Aparentan un mando sobre sus tropas mercenarias, que ya no tienen. Tampoco su respeto. Siguen hablando como dueños de una opinión que los detesta y en nombre de un pueblo que los odia porque lo han martirizado. Grandes, pues, son los obstáculos para transitar con ellos los caminos del entendimiento y la armonía. Realmente, la paz no tendrá esperanza mientras no entreguen las armas y declaren cese unilateral al fuego. Y no se les abrirán antes las puertas de la confianza. ¿Otra -la última-oportunidad pérdida? Como lo afirma Sergio Jaramillo, desafortunadamente y por culpa de las Farc, estamos llenos de incredulidad.