Distintas señales de unidad política
Pese a la polarización inconducente y hasta irresponsable con el país entre el llamado “uribismo” y el “santismo”, se están dando otras señales más acordes con los deseos de reconciliación nacional que subyacen en la intimidad de la mayoría de los colombianos. Me refiero a las tendencias que estamos observando hacia la unidad de los partidos y movimientos políticos, que están aflorando de manera distinta.
Mientras que en el “uribismo” se pretende sellar la unidad bajo la “lealtad” a Álvaro Uribe- “… empuñar la bandera y acoger la doctrina del expresidente Uribe y ser fiel a su causa”- en la “Unidad Nacional” se busca mantener mediante “la re-elección de mis políticas” para lo cual se reactiva la Fundación Buen Gobierno; no obstante, la “mermelada” sigue jugando su papel de pegante.
Por el lado de las Farc se expresa el “colectivismo”: se turnan para hablar con la prensa desde La Habana pero los mensajes son los mismos y, al parecer, provienen de un libreto previamente acordado. Es decir, suena más a uniformidad que a unidad. Últimamente ese colectivismo busca extenderse al Eln con un lenguaje pacifista, lo cual no deja de ser positivo para la pacificación. Sin embargo -¡atención izquierda legal!- subyace un mensaje subliminal: “la verdadera izquierda somos nosotros y se está uniendo”. Quizás por haberlo entendido, la izquierda legal está hablando de “una coalición para recoger firmas para la inscripción de la lista nacional unitaria da varios movimientos y varios procesos y partidos al Senado de la República…” como lo afirmara Jaime Caicedo en este diario.
Los verdes se mueven tratando de encontrar una excusa creíble para oscurecer sus incoherencias provenientes de haber querido construir un partido, no fundamentado en un cuerpo de ideas y valores, sino con “mucho cacique y pocos indios”. Sin embargo, es probable que logren una coalición con los “progresistas” que si no se hace alrededor de valores compartidos, producirá una decepción más.
El Partido Liberal se mantiene unido, pero no alrededor de ideas ni valores compartidos sino de la “Unidad Nacional” y la re-elección de Santos, pese a que Verano de la Rosa reclama aval para su candidatura a la Presidencia.
Por último, donde se observa más unidad, que no uniformidad, es en el Partido Conservador. Después de mucho tiempo el expresidente Pastrana acepta desempeñar su rol como Jefe natural, el nuevo presidente del Directorio viaja por todo el país y se reúne con quienes lo piden y los escucha sin dejar de blandir la idea de que el partido debe pasar a ser “más locomotora que vagón”, lo que, en la coyuntura actual, lo ubica en el verdadero centro del espectro político, como está escrito en los estatutos. Lo anterior, pese a que todavía hay tendencias en algunos congresistas y precandidatos a la Presidencia a privilegiar o el “santismo” o el “uribismo”.
¿Cuál tendencia triunfará? La que logre colocar el bien común por encima de los propósitos de poder.