¿Quo Vadis ex ola verde?
En general en las columnas de opinión se pueden leer varios de los signos de los tiempos políticos, o sea aquellos rasgos del momento político que atraviesa el país.
Pues bien, en el periódico El Colombiano del jueves pasado, Santiago Silva escribió una columna titulada “La inevitabilidad del voto en blanco”, cuyos bien fundamentados argumentos se pueden resumir en que hasta el momento no se vislumbra ningún candidato (a) a la Presidencia que por el talante construido por su pasado, posturas y propuestas, pueda considerarse “un buen candidato” o mejor, un verdadero líder político. Y en esta percepción -que comparto- el columnista incluye al presidente Santos y a todos los precandidatos (as) hasta ahora conocidos.
Lo cierto es que lo escrito por Silva corrobora el espacio vigente para lo que Navarro y otros políticos de izquierda han venido pregonando: la posibilidad real que se vislumbra para que una “tercería” que vaya más allá del Santismo y del Uribismo irrumpa con fuerza, principalmente de opinión, hasta llegar a la Presidencia.
¿De cuál lado del espectro político podría llegar esa tercería en la coyuntura actual? A todas luces creo que -tomando prestado un término acuñado por Enrique Santos- del “extremo centro”.
Alguien dirá y… ¿acaso Juan Manuel Santos no es de centro? La respuesta es sí, pero de un centro que podríamos llamar “light”, o sea “ecléctico”. Es decir, de un centro bamboleante que por su insuficiente fundamento parece carecer de norte para conducir un país con la debida firmeza y claridad en los grandes objetivos que se persiguen; cuyas convicciones tratan de expresarse solo cuando las encuestas lo demandan.
En realidad el verdadero centro debe estar fundamentado en convicciones provenientes de un cuerpo de “ideas fuerza” que le permitan a quien actúa desde esta luz conducir al país con serena fortaleza y firmeza. Es más, es de ese tipo de “extremo centro” de donde puede surgir una candidatura que recoja las espumas que quedaron de la “ola verde”, y con otro color las vuelva a convertir ya no en ola sino en un Tsunami.
Porque si bien es cierto que de la “ola verde” solo quedan espumas que no parece que alguien de ese partido pueda revivir, la verdad es que aún están presentes, agudizadas, las corrientes submarinas que en su momento la hicieron salir a la superficie.
¿Cuáles son? En primer lugar el cansancio con la polarización promovida desde los gobiernos de Uribe que gracias a la “colaboración” del mismo expresidente y los Santos (Juan Manuel y Pacho) dejó de ser entre una especie de derecha y toda la izquierda, para convertirse en personal, inconducente e irremediable. Por otra parte, sigue presente el hastío con los vicios más visibles en buena parte de los políticos de profesión: hipocresía, mentira etc. De aquellos que consideran como fin de la política el poder y no el bien común público. ¿Por qué lado se expresará esa nueva ola? Pronto se sabrá.