Carlos Alfonso Velásquez | El Nuevo Siglo
Lunes, 18 de Enero de 2016

Nubes grises por despejar

 

“Conocer la verdad es clave para cerrar ciclo de violencia”

 

 

A juzgar por los titulares de prensa, el año no arranca bien y el ánimo de los colombianos es pesimista. Es que los males no son menores, especialmente en el campo de la economía deteriorada por varios factores incluyendo el fenómeno del Niño. Y aunque en el país siempre ha habido recursos para salir de crisis más complejas, hoy día el problema está en que no se vislumbran salidas que provengan de los líderes políticos, enfrascados casi a diario en inconducentes disputas que en vez de plantear propuestas siguen aupando la polarización. Así, pues, el panorama a futuro es de muchas nubes grises.

Y si colocamos la mirada en las negociaciones para terminar el conflicto armado con las Farc, hay que decir que aunque densas nubes grises, como el acuerdo sobre víctimas, fueron despejadas, todavía quedan por despejar unas no menos espesas.  La primera de ellas es la fecha del 23 de marzo como plazo para la firma del acuerdo final. Es comprensible que el Gobierno insista en aquel, porque además de estar en juego la credibilidad en el proceso y en el mismo Presidente, todo indica que tiene un cronograma ajustado a los tiempos políticos para sacar adelante lo que queda de la negociación y así darle espacio a la reforma tributaria una vez se vote el plebiscito. Pero para las Farc es más importante que sus mandos medios y seguidores no perciban ni imposiciones ni decisiones unilaterales del Gobierno sobre puntos de la agenda. Lo cierto es que, pese al trabajo de las subcomisiones, dos meses para despachar el “fin del conflicto” y la “refrendación, implementación y verificación”, son a todas luces insuficientes.        

Pero más importante, tanto para lo inmediato como para lo que vendrá, es el ambiente político -sicológico que gravita sobre el proceso de paz. En esto se hace necesario contribuir a despejar las nubes grises encontrando una narrativa de reconciliación que brinde un contexto favorable tanto a lo pendiente por negociar como a los trabajos de la comisión de la verdad y la jurisdicción para la paz. Conocer al máximo posible la verdad sobre lo ocurrido es un paso fundamental para cerrar un ciclo de violencia.  Sin embargo, existe el riesgo de que esa verdad, en vez de sanar las heridas, termine echándoles sal incentivando un nuevo ciclo de venganza. Por eso, además de la rectitud y ponderación de los comisionados y magistrados por escoger, es de vital importancia que exista un contexto en el que dicha verdad sea interpretada en clave de reconciliación.

Normalmente ese contexto lo promueven los líderes, pero entre los nacionales, encabezados por el Presidente, no se ven quienes convoquen la credibilidad de todos los sectores ideológicos.