Carlos Alfonso Velásquez | El Nuevo Siglo
Lunes, 9 de Noviembre de 2015

 

“Cuando raciocinios jurídicos distorsionan la verdad”

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Autonomía sin sentido común

 

Cuando se pierde el sentido común los raciocinios jurídicos distorsionan la verdad alejándose de la realidad como ocurrió con la Corte Constitucional al  declarar: “impedir que un niño tenga una familia fundándose únicamente en la orientación sexual…, representa una restricción inaceptable de los derechos de los niños…”. Cuando el sentido común dicta que el problema no radica en la “restricción” sino en dar piso legal a laboratorios sociales (parejas del mismo sexo) con niños que no pueden decidir a conciencia sobre sus padres. La argumentación de la Corte tiene un trasfondo ideológico: acoger la autonomía individual (orientación sexual) sin importar que contraríe el sentido común. Pero tarde o temprano la autonomía separada del sentido común se convierte en “un perro mordiéndose la cola”.

Así acaba de ocurrir en Australia donde, al igual que en sectores colombianos, no solo la homosexualidad sino también el transexualismo pasó a ser el nuevo paradigma “progresista”. Por lo que surge la denuncia a la “transfobia” de quienes, por conservar el sentido común, se resisten a catalogar como algo bueno el cambio de sexo a voluntad. Concebir que el ser hombre o mujer está condicionado por la biología y no por la autonomía queda reservado para los “retrógrados”.

Pero resulta que la nueva bandera fue puesta en entredicho por Germaine Greer, icono del pensamiento feminista. La misma que se hizo célebre con su libro La mujer eunuco, donde sostuvo que a lo largo de la historia las mujeres habían sido siempre castradas en sus aspiraciones por la opresión masculina. Pero su feminismo no buscaba la equiparación con el hombre sino la reivindicación de la autonomía. Sus ideas sobre el lesbianismo, el aborto o el matrimonio, son “de avanzada”, no retrógradas.

Pues bien, Greer se ha expresado sobre los transexuales con una franqueza que choca en tiempos en que cualquier deseo de un transexual solo puede “merecer nuestro apoyo”. En declaraciones al programa Newsnight de la BBC2, Greer dijo que no basta la cirugía para hacer de un hombre una mujer, que las mujeres transexuales “no son mujeres”, que no tienen “ni el aspecto, ni la voz ni el comportamiento de una mujer”. Para la abanderada de la autonomía, el fenómeno de las mujeres trans no sería más que un nuevo modo de colonización masculina, un intento de los  hombres de apropiarse de las características femeninas.

El ruido de las vestiduras rasgadas no se hizo esperar. Desde quien dice que las ideas de Greer “no tienen sitio en una sociedad civilizada”, hasta quien la acusa de mantener “ideas intolerantes” o que “está llena de odio”. Incluso feministas y activistas homosexuales que en otras circunstancias serían sus aliados, piden ahora su cabeza.