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Periodismo “incómodo” para justicia y paz
La historia ha demostrado que la solución de los conflictos armados internos, y en especial el saneamiento de heridas sicológicas que sufren las víctimas, corre paralela con el conocimiento de la verdad. Reflexiones como esta compartíamos hace pocos años en la Universidad de la Sabana con Javier Osuna, periodista y catedrático de la misma institución, donde obtuvo el grado. Desde ese entonces y como uno de sus profesores, percibí en Javier su amor por la verdad reforzado por su mente analítica y crítica.
Por ese amor a la verdad, Javier inició su carrera trabajando en el proyecto www.verdadabierta.com, consagrándose a desentrañar verdades dolorosas y ocultas pero necesarias para que el país transite hacia la paz. Es más, últimamente ha estado cursando una maestría cuya tesis, “Me hablarás del fuego”, es un texto escrito en homenaje a la memoria de los desparecidos de los hornos crematorios de los paramilitares en Norte de Santander.
Pero como suele suceder cuando se van descubriendo verdades que a pesar de las declaraciones suministradas en el marco de la Ley de “Justicia y Paz”, requieren ser complementadas con las responsabilidades de funcionarios y exfuncionarios de diferentes instituciones del Estado, surgen las amenazas y los atentados contra quienes, como Osuna, se dedican a correr los velos que ocultan esas posibles responsabilidades.
Es por esto que después de hacer varias entrevistas en Norte de Santander y de regresar a Bogotá, “desconocidos” ingresaron a su apartamento e incineraron dos computadores en los que guardaba información sobre su investigación. A raíz del atentado el periodista explicó públicamente que la agresión se produjo “apenas tres días después de mi regreso de un viaje a la ciudad de Cúcuta, donde me reuní con víctimas que, además de haber perdido a sus seres queridos, continúan siendo amenazadas en el proceso de la Ley de Justicia y Paz”. Esta agresión se suma a las intimidaciones que ha recibido el periodista cucuteño John Jairo Jácome, quien trabaja en el diario La Opinión y ha investigado el fenómeno paramilitar. En fin, queda claro que los trabajos de Osuna y Jácome están siendo “incómodos” para personas que o bien no han dicho toda la verdad en justicia y paz o todavía no han sido procesados.
El punto a destacar es que los indicios de responsabilidad penal que han salido a flote tanto en “Justicia y Paz” como en los trabajos periodísticos, sumados a otros que han sido conocidos por otras personas cercanas a los periodistas como quien escribe, son suficientes para que las investigaciones de la Fiscalía lleguen hasta donde deben llegar. Y si acaso, el (a) autor(a) intelectual de las agresiones ha creído que intentando callar a Osuna o a Jácome van a quedar impunes sus actuaciones, pierde su tiempo (y dinero) y se expone a que su responsabilidad quede aún más en evidencia.
@cavelasquezrome