CARLOS ALBERTO ESTEFAN UPEGUI | El Nuevo Siglo
Viernes, 31 de Mayo de 2013

El primer punto

 

Cerrar  la brecha entre el país rural y el urbano es un buen propósito. La forma de llevarlo a cabo está por verse. Se trata del primer punto consensuado con las Farc luego de varios meses de conversaciones en La Habana.

En tales circunstancias se habla de un esquema que supera la visión tradicional de una reforma agraria, experiencia en la que el país cuenta con resultados más malos que buenos.  Siempre se dijo que era necesario procurar una reforma agraria integral con recursos de crédito suficientes, asistencia técnica y oportunidades para que el campesino pudiese salir de la pobreza. Pero todo quedó ahí, siendo muchos los esfuerzos institucionales y los recursos invertidos.

El bienestar del hombre del campo depende de su ingreso y este a su vez de las alternativas de inversión y empleo. Por eso, el primer punto, se dijo era uno de los más difíciles, puesto que dentro del marco de la internacionalización de la economía y los Tratados de Libre Comercio firmados y en ejecución, nuestro país maneja complejas circunstancias, producto de desafortunadas decisiones durante la firma de los mismos.

De ahí que para alcanzar los resultados esperados deben enmendarse esos errores; más complejo aún, teniendo en cuenta las reglas de juego planteadas por la Organización Mundial de Comercio.

Se trata de hacer compatible este primer acuerdo con el modelo de desarrollo económico, siendo quizás ese el principal punto donde existen “salvedades puntuales”, según advirtieron las Farc, y que tendrán que ser retomadas antes de la concreción de un acuerdo final.

Pero es que hay que ser consciente que  tampoco el problema se resuelve con la distribución de pequeñas parcelas estimulando el minifundio,  sino que la dinámica que el sector requiere, por el contrario, es de grandes inversiones en infraestructura, tecnología, producciones a mayor escala y con valor agregado industrial como fuentes generadoras de empleo y desarrollo. Y para eso se necesita capital, inversión extranjera, seguridad, organización y emprendimiento empresarial, de otra manera sería imposible competir en productividad, logística, calidad y precios.

Todo lo cual implica en la práctica profundas transformaciones, además de generosas sumas de dinero del presupuesto nacional en desarrollo social, salud, educación, vivienda y erradicación de la pobreza, entre otros aspectos.

Queda pendiente también, que la insurgencia pide validar los acuerdos a través de una asamblea constituyente, distinta del referendo planteado por el presidente Santos.