CARLOS ALBERTO ESTEFAN UPEGUI | El Nuevo Siglo
Viernes, 26 de Octubre de 2012

Farc, ¿vocera de quién?

 

En anterior ocasión planteamos nuestra expectativa acerca de lo que pudiese suceder en Oslo, y el interrogante de lo que podría estar pensándose al otro lado de la Mesa de Negociación, especialmente sobre la posibilidad real de acogerse todos los frentes guerrilleros a los compromisos adquiridos por los miembros de la cúpula de esa organización subversiva.

Llego el día y nos encontramos con un discurso escueto y serio de parte de los voceros del Gobierno en cabeza de Humberto de la Calle; y del otro lado, con una pieza oratoria cuyo contenido data de varios años atrás, que si bien con cifras actualizadas, refleja una situación social que nadie discute, advierte animadversión por la inversión extranjera y por la incursión del país en un mundo globalizado; además, de sembrar odios entre ricos y pobres, lo cual no lo hace apto para el momento actual ni para un escenario en el que se trata de construir paz.

Y si bien es cierto, se trata de un discurso político, motivo por el cual su contenido en parte pudiese llegar a despertar simpatías entre los inconformes y hasta ganar solidaridades en el exterior donde no se conoce la historia completa, no tenia porqué haberse pronunciado en nombre de los más pobres, de los educadores, de los indígenas y hasta de los campesinos entre otros, estos últimos, sus propias víctimas, de quienes sin consultarlo se arrogaron su representación.

Creemos que para lograr la paz debe ser este un propósito nacional con compromiso de todos, pero es ahí precisamente donde las reglas deben quedar claras.

La gestión social implica el diálogo entre los diversos actores tanto del Gobierno como de la sociedad civil, pero la interlocución tiene que ser válida y representativa

En ese orden de ideas, por ahora las Farc solo pueden ser voceras de sus propios guerrilleros vinculados a sus filas y no de sector social alguno, mucho menos sin contar con su aprobación. Los indígenas, los maestros y los campesinos, ya verán si se sienten representados por Iván Márquez; porque de no ser así, tendrá que lograrlo en las urnas con el ejercicio de la democracia. Por lo menos de esa forma quedo planteado, y es ese uno de los objetivos más importantes del proceso.

Con mayor razón, cuando de la misma intervención de Márquez se desprende que es el pueblo colombiano, quien tiene que refrendar los acuerdos.