El reencuentro
Durante los catorce últimos años han sucedido hechos en el país, de gran incidencia sobre la fisonomía política de la región y sobre nuestro posicionamiento estratégico a escala nacional.
Son pocos realmente los episodios positivos para destacar; más bien sí, el deterioro evidente del liderazgo del Departamento del Tolima en el escenario de los profundos debates y de las grandes decisiones.
La convulsionada situación provocada por las investigaciones de la Fiscalía y los fallos de los Altos Tribunales en contra de nuestra clase política, con razón o sin ella, por fortuna hoy día superada por algunos de sus afectados, ha traído como consecuencia su ausencia definitiva o por lo menos su receso forzoso así fuese transitorio, que les restó protagonismo; si es que no los demás también se han ido opacando por razón de los egoísmos, la falta de ideas, de organización y de trabajo con las comunidades, dejando disponibles los espacios a los patrones electorales de otros lugares de Colombia, que en medio del desorden han venido a aprovechar y pescar en rio revuelto.
Espacios que deben recuperarse cuanto antes y así contrarrestar el desconcierto y la orfandad que se vive actualmente en el Tolima.
Bueno fuera entonces, convocar nuevamente a quienes estén dispuestos a ayudarnos a reconstruir el buen camino que debemos recorrer, y con el concurso de las generaciones de relevo, en un decidido y grande esfuerzo por nuestra tierra, unificar las voluntades y experiencia para construir una nueva propuesta, la que siempre hemos querido y que las nuevas generaciones reclaman y merecen. Ese debe ser un propósito de todos, enfocado hacia ambiciosas metas de desarrollo de tan hermosa y promisoria región de la patria.
Un Departamento del Tolima unido, sin odios ni sectarismos, con la consigna de unos planteamientos bien fundamentados e inspirados en la ecuánime participación social y con la mira hacia el progreso; una estructura moral y ética de conductas honorables en el ejercicio de la administración pública, el derecho a las libertades dentro de la ley y el respeto a las instituciones, que nos den las bases para explorar con amigos de todas las vertientes que piensen igual, un futuro inspirado en el bien común.