CARLOS ALBERTO ESTEFAN UPEGUI | El Nuevo Siglo
Martes, 22 de Abril de 2014

El reencuentro

 

Durante  los catorce últimos años han sucedido hechos en el país, de gran incidencia sobre la fisonomía política de la región y sobre nuestro posicionamiento estratégico a escala nacional.
Son pocos realmente los episodios positivos para destacar; más bien sí, el deterioro evidente del liderazgo del Departamento del Tolima en el escenario de los profundos debates y de las grandes decisiones.
La convulsionada situación provocada por las investigaciones de la Fiscalía y los fallos de los Altos Tribunales en contra de nuestra clase política, con razón o sin ella, por fortuna hoy día superada por algunos de sus afectados, ha traído como consecuencia su ausencia definitiva o por lo menos su receso forzoso así fuese transitorio, que les restó protagonismo; si es que no los demás también se han ido opacando por razón de los egoísmos, la falta de ideas, de organización y de trabajo con las comunidades, dejando disponibles los espacios a los patrones electorales de otros lugares de Colombia, que en medio del desorden han venido a aprovechar y pescar en rio revuelto.
Espacios que deben recuperarse cuanto antes y así contrarrestar el desconcierto y la orfandad que se vive actualmente en el Tolima.
Bueno fuera entonces, convocar nuevamente a quienes estén dispuestos a ayudarnos a reconstruir el buen camino que debemos recorrer, y con el concurso de las generaciones de relevo, en un decidido y grande esfuerzo por nuestra tierra, unificar las voluntades y experiencia para construir una nueva propuesta, la que siempre hemos querido y que las nuevas generaciones reclaman y merecen. Ese debe ser un propósito de todos, enfocado hacia ambiciosas metas de desarrollo de tan hermosa y promisoria región de la patria.
Un Departamento del Tolima unido, sin odios ni sectarismos, con la consigna de unos planteamientos bien fundamentados e inspirados en la ecuánime participación social y con la mira hacia el progreso; una estructura moral y ética de conductas honorables en el ejercicio de la administración pública, el derecho a las libertades dentro de la ley y el respeto a las instituciones, que nos den las bases para explorar con amigos de todas las vertientes que piensen igual, un futuro inspirado en el bien común.