Es programático
El voto es programático. No lo digo yo, lo dice la Constitución, pero por alguna razón esto ha quedado en el olvido y seguramente ha tenido consecuencias.
La Constitución Política de Colombia de 1991 dio un giro fundamental de pasar de una democracia representativa y una participativa, donde una de las grandes diferencias radica en que el votante puede exigir el cumplimiento de las promesas de campaña. Queda claro con las formas de participación democrática como la revocatoria del mandato, y para que esto sea posible es fundamental que la gente vote por el programa que se propone, el que queda escrito en la Registraduría.
Esto exige que haya un programa y que los votantes lo conozcan, pero esta situación rara vez se da, porque si bien hay algunos programas, son muy pocos los ciudadanos que los conocen, y por esto el político se ve motivado a no cumplirlo, y esto lleva a nuestra democracia participativa a una representativa de hecho.
Ni el Gallup Poll, ni las encuestas de Ipsos, ni otra encuestadora en Colombia o algún centro de investigación mide el cumplimiento de los programas, y se confunde el programa del gobierno con el plan de desarrollo, lo cual ha sido una oportunidad perdida de los partidos y los políticos para demostrar que ellos cumplen lo que prometen, porque si bien se darán grandes diferencias entre el programa y el plan, esto se debe a que la propuesta es política y el plan es democrático, es decir, el primero es por el que se debería elegir al candidato y el segundo es el acuerdo del candidato con todas las fuerzas políticas que se debatió en el cuerpo colegiado. Lo mismo pasa con lo que toca hacer que no estaba en el programa ni quedó en el plan, como acciones ante coyunturas, desastres, crisis u oportunidades. Una cosa es lo que prometió y le debe cumplir al votante, y otra lo que le debe cumplir a otras fuerzas políticas, y la responsabilidad de su cargo.
El tema es complejo para el político pero no para el elector, que simplemente debe saber que no vota por una persona, su popularidad, ni mucho menos por su imagen, sino por lo que dice que va a hacer, o de lo contrario, no tendríamos una democracia sino una idolocracia, Sin duda la persona y su programa van de la mano, y el votante debe saber esto para hacer cumplir lo prometido, porque a la gente le importa más ser del equipo ganador que votar por el programa que más le gusta. Es difícil.
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Colombianada. El voto es programático, pero nos hemos quedado en que es un programa ir a votar.
@consumiendo
*Presidente de Raddar