CAMILO HERRERA MORA* | El Nuevo Siglo
Sábado, 17 de Agosto de 2013

A limpiar, borrachos 

 

La  conversación con un taxista no sólo fue espectacular sino llena de reflexiones; ¿el tema? Hay que meter a la cárcel a los conductores ebrios. Posición a la cual me opuse, e inicialmente el taxista se sorprendió, pero al final lo puse a pensar. No creo que las personas que manejen con el efecto del alcohol deban ir a la cárcel, a menos que cometan un homicidio; sé que el tema hoy es delicado, pero no causa ningún efecto ir a la cárcel por manejar con algunos tragos adentro. Muchos hemos manejado después de habernos tomado una o dos copas de vino, dos whiskeys o quizá algunos aguardientes, y sin ninguna razón válida hemos manejado, poniendo en riesgo a muchas personas, pero en la gran mayoría de los casos, afortunadamente no ocurre nada; si pensamos en esta circunstancia, cuando un policía nos detenga, nos pondrá una multa y llevará e inmovilizará el vehículo. Este castigo no nos cambia el comportamiento, porque creemos que es injusto que se nos  multe y lo que ocurre es que dejamos de gastar dinero en lo que deseamos y le damos esos pesos a la autoridad; si nos llevaran a la cárcel por 24 horas, no pasaría nada tampoco, porque estaríamos detenidos en un espacio donde todos son infractores o delincuentes, y estaríamos entre pares hablando de la justicia y los casos excepcionales. ¿Qué pasaría, si por el contrario, se nos impone un sanción social expuesta a un potencial escarnio público? En los últimos meses hemos visto varios videos de autoridades públicas expuestas a la opinión, argumentándole que ellos son importantes y que por eso no se les debe imponer el castigo por manejar ebrios.

Esto me lleva a pensar que si el castigo por manejar ebrio (y con ebrio me refiero a una o dos copas de vino o un cervecita), se inmoviliza el vehículo, se pone la multa y se le pone a la persona por 8 horas a limpiar los muros de los puente peatonales o algún tipo de servicio a la ciudad con un overol distintivo, la vergüenza hará que la gente lo piense un poco más antes de cometer esa indelicadeza. Así, el ciudadano que deba tomar la decisión de manejar con tragos, la pensará dos veces, para no verse en una calle cerca a su casa limpiando postes y contándoles a todos que él puso en riesgo la vida de otros.

Colombianada. Es curioso, muchas veces cuando paran a una persona después de tomarse media botella de whiskey, le dice al policía que se estaba tomando unas cervecitas.

@consumiendo

*Presidente de Raddar