CAMILO HERRERA MORA | El Nuevo Siglo
Sábado, 22 de Junio de 2013

La macartización a favor

 

La entrevista de Gustavo Petro a Luis Carlos Vélez en Caracol Televisión, muestra la habilidad oratoria y mental del actual alcalde de Bogotá, pero deja grandes interrogantes.

Fue evidente la habilidad que usó para macartizar su posición de revocatoria y destitución como un ataque contra un mandatario de izquierda y más aún cuando insinuó que eso demuestra que puede no  haber una democracia en Colombia; afortunadamente Vélez le replicó que revocar también es un acto democrático per se.

A Petro se le quiere destituir por razones adicionales a que sea de izquierda (si es que lo es); el verdadero problema radica en que su elección fue por una mayoría tan baja que muchos no se sienten representados, lo mismo le ocurrió a Peñalosa (y según sus actos Peñalosa es muy de izquierda).

Sin duda hay gente que no está contenta con Petro, bien porque no lo quieren o porque ha cambiado parte del statu quo de la ciudad, pero eso no se debe confundir con los procesos que tiene y con una posible revocatoria. El proceso de recolección de basuras parece estar mal hecho y falta a muchas normas, y el proceso dirá si eso da pie a una destitución, y no tiene nada que ver con que sea de izquierda o no, con que haya sido guerrillero o no: las normas se deben cumplir, como él mismo lo denunció de Samuel Moreno.

La revocatoria es otra cosa. Un grupo grande de ciudadanos no está de acuerdo con las acciones del alcalde, y puede que el hecho de que sea de izquierda y guerrillero tenga algo que ver, pero mayormente se debe a que está cambiando la ciudad según su concepción de Estado Ideal y que le ha tocado la suma de errores de los alcaldes de izquierda del pasado.

 Hay dos cosas fundamentales en la política, como ya lo he mencionado en este espacio: el gobernante debe gobernar en el marco de ley que existe y debe asumir los problemas que existen anteriormente. Siempre será fácil echarle la culpa al anterior (como la famosa historia de los 3 sobres) y por pensamiento político la tentación de cambiar el modelo siempre estará presente. Mas, eso no significa que no deba cumplir con su deber ni mucho menos que puede cambiar la ciudad. Recuerdo bien que Peñalosa llevó a las urnas la idea del día sin carro, respetando la democracia de la ciudad.

 Hábil automacartizarse y decir que él es víctima de una estigmatización y que lo que le pase a él será un ejemplo para el proceso de paz, pero la verdad es sólo hábil manejo de palabras, porque si hay un delito debe asumir su responsabilidad y si la votación lo revoca, es un enorme ejemplo de la democracia y de un ciudad que quiere un cambio.

Colombianada. Es curioso cómo a los grandes oradores se les recuerda por sus discursos y no por sus hechos.