CAMILO HERRERA MORA | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Mayo de 2013

¿Navarro?

 

La gente en Colombia dice tener una posición política. Cerca del 5% son de extrema izquierda, un 12% de izquierda, 43% de centro, 24% de centro derecha y 13% de extrema derecha, según diversos estudios.

Los votantes por la Reelección estarán en el centro, seguramente más hacia la izquierda que a la derecha, los uribistas intentarán la derecha y algo del centro, y el Polo buscará aumentar su votación más allá de un 5%. La pelea e entre Santismo y Uribismo; pero este 95% del bloque de votación es muy voluble, porque solo el 13% de la extrema derecha está definido, así que la pelea en primera vuelta es por el 88% que no son extremos.

El Partido Liberal con cerca de un 30% de simpatía y el conservador con un 12% no logran explicar ni la mitad del proceso, porque el votante ya ni es partidista ni sigue idearios, sigue coyunturas, pasiones y personas. La entrada de una tercería es clara.

¿Quién y cómo? Sea como sea el tema nuevamente es la paz o el conflicto y la dicotomía entre izquierda y derecha. La tercería debe ser neutra, con capacidad de decir que no es de derecha ni de izquierda, pero que le apuesta a la paz. Los hechos comienzan a hablar solos. Antonio Navarro salió hace unas semanas a decir que se debe buscar el camino para sacar de la cárcel a los militares involucrados en lo del Palacio de Justicia y esta semana terminó siendo vocero de la reunión de los Progresistas, mientras se le oye continuamente en radio y hablando con los de Pido la Palabra.

Navarro es un exguerrillero, que puede tener el respaldo de Mockus, Isaza, Ocampo, López y que al apoyar a Petro a subir en Bogotá ganó una imagen, que sumó más adeptos al renunciar prudentemente. Ha ocupado todos los cargos: excandidato presidencial, senador, ministro, copresidente de la Constituyente, alcalde e incluso invitado de Hora 20.

Este personaje tiene el capital político, la imagen y el concepto para poner en problemas al Gobierno en su objetivo de la reelección y sin duda para mermar la andanada uribista, porque podrá plegarse a la oposición cuando quiera y cuando no. Sólo le falta una maquinaria que lo apoye; pero no la logrará y lo sabe, por eso su reto es lograr pasar el del voto de opinión. El tercero está listo y tiene cara de segundo.

Colombianada. Es curioso cómo aún se oyen las manecillas del reloj de Lleras Restrepo en la política colombiana.