Camilo Herrera Mora | El Nuevo Siglo
Sábado, 12 de Septiembre de 2015

ASIMETRÍAS

Disuasión

La  seguridad es más una sensación que un hecho. Las personas se sienten seguras si algo les da tranquilidad, y no porque no les pase nada. Por esto, nos sentimos más tranquilos si vemos policías cerca, aunque también sintamos que eso nos quita libertad.

La disuasión es tener la potencialidad de actuar contra un peligro en cualquier momento, y esto genera tranquilidad en la población beneficiada. Situación que conocen bien las Fuerzas Armadas del mundo, que tienen equipo bélico suficiente para enfrentar una guerra con sus potenciales enemigos, o las policías del diversas partes del mundo, con capacidad de despliegue rápido en caso de mítines violentos.

Colombia estuvo en un gran período de disuasión negativa entre 1994 y 2002, liderado por las Farc, que causaron que las personas ya no quisieran salir de las ciudades, por el temor a una pesca milagrosa o un bus quemado. Afortunadamente, las Fuerzas Armadas recuperaron el terreno, atacando a las guerrillas y demás grupos armados ilegales, y generando tal presencia de tropas y acciones en el territorio nacional, que estos actores e incluso la delincuencia común se retrajo fuertemente.

Hoy, en medio de los diálogos en La Habana, las Fuerza Armadas han cambiado de estrategia, y se han reducido sus acciones de presencia táctica en diversas regiones del país, causando brotes de violencia, hurtos, secuestros y extorsiones en buena parte del territorio nacional, siento el nororiente antioqueño un buen ejemplo; quizá no sean las Farc el Eln, sino delincuencia común, que aprovecha que el gato no está para salir. Se confunde no atacar a las Farc, con no tener una estrategia de seguridad disuasiva integral para enemigos internos múltiples.

Ocurre lo mismo en Bogotá, pero con causas y consecuencias diferentes. La disuasión también la causa nuestra actitud frente a la autoridad, y si esta se vuelve permisiva y tolerante, le perdemos el respeto y comenzamos a incumplir las normas de convivencia, como hacer doble fila en un giro a la izquierda, pasar un semáforo en amarillo o botar basura a la calle. La Policía en las ciudades no solo tiene un rol contra la criminalidad, también es un mecanismo de cultura ciudadana, y por la presencia de gobiernos débiles en este tipo de acciones, la ciudadanía se diluye inevitablemente.

La disuasión es la clave para el imperio de la ley. El temor a Dios es un gran ejemplo a esto: los católicos creen que Dios es omnipresente, y si incumplen la ley, Él lo sabrá y los castigará; ni las Fuerzas Armadas ni la Policía lo son, y pero los criminales sí, y los ratones hacen fiesta cuando el gato se va.

Colombianada. De verdad, ¿es posible una toma pacífica?

 @consumiendo

*Presidente de Raddar