El Papa Francisco llega en momentos difíciles para el país, su voz e imagen permean la esperanza de los colombianos, nos llenamos de fe porque su presencia es la representación de Cristo en nuestra tierra. A él lo envía Nuestro Señor para abrazar el corazón de nuestro pueblo abatido por las necesidades, la falta de trabajo, la violencia, la inseguridad y la corrupción. El Papa llega a una cloaca a poner un desinfectante que permita purificar la transparencia del agua.
Colombia un hermoso país, pródigo en riquezas, con gente maravillosa, recursos interminables y enormes posibilidades para su pueblo, pero está atravesando una de las peores crisis de su historia y es el resquebrajamiento de su institucionalidad, la perdida en la credibilidad política y de su justicia, la falta de equidad social y el desbalance entre las víctimas y los victimarios, donde estos últimos resultan ser los protegidos por la ley.
El Papa nos viene a hablar de perdón, de amor, de caridad y misericordia, mensaje que encaja en nuestras necesidades, pero el asunto no se trata solo de escucharlo, es de apropiarse de él, hacerlo nuestro, vivirlo y practicarlo. Está bien aceptar el perdón, pero cuando hay arrepentimiento y reparación. El Papa tendrá que hacer énfasis en esto en su pastoral, porque fácil es escucharlo y asentar con la cabeza, pero ponerlo en ejercicio es asunto de decisión.
Esperamos que esta visita de SS sea para bien del país y toda su gente, que aquellos detractores indolentes respeten su presencia y se silencien, también por consideración y respeto a la inmensa mayoría que con los brazos abiertos recibimos al jefe de nuestra iglesia. Esas pequeñas minorías agresivas y tendenciosas deben ser atadas, pues sus voces perturbadoras son un fastidio para el espíritu de los colombianos en estos bellos momentos de alegría por su presencia.
Bendito seas Papa Francisco, contigo viene una luz de fe y esperanza en momentos aciagos, pero sabemos que la presencia del Espíritu Santo cobijará todo el cielo de nuestra nación. Que Dios proteja tu visita, que te evite caer en provocaciones y que inspire tus palabras. Que tu visita santo padre no sea utilizada para fines políticos, que no vayas a caer en la argucia de los políticos que capitalizarán tu presencia para sus fines electorales y mucho menos en dar expresa bienvenida a la vida civil de las Farc, porque esto sería duro para el alma de los colombianos, que si bien recibimos su incorporación a la vida legal, el sentimiento de desconfianza y repudio a todas las atrocidades cometidas en 50 años no la hemos olvidado, entonces que tu bendición recaiga sobre toda la población, especialmente sobre las víctimas del conflicto y también sobre los victimarios para que se arrepientan de corazón, que tu oración inunde nuestras almas del mensaje de amor que nos traes y que los hogares colombianos reciban con paz y alegría ese primer paso que nos propones. ¡Bendito seas Papa Francisco!