EL April fool’s day es el equivalente anglosajón del “día de los inocentes”. Su origen parece remontarse a la reforma del calendario promulgada por Gregorio XIII en 1582. En ella se estableció que el 1 de enero sería el primer día del año. Poco a poco el nuevo calendario fue adoptado en Europa, aunque solo hasta el siglo XVIII en Inglaterra. Como muchos tardaron en enterarse del cambio de fecha, o simplemente no simpatizaron con esa concesión al papismo, siguieron festejando el año nuevo el 1 de abril… Y así surgieron los tontos de abril.
Como están las cosas en el mundo, uno quisiera que los periódicos, sumados a la cultura popular, estuvieran gastando bromas a sus lectores con sus titulares y primeras páginas. Pero no. No es broma: es la realidad.
Parece broma que en Estados Unidos la candidatura de alguien como Donald Trump siga ganando peso, y que semejante fantoche se perfile como potencial inquilino de la Casa Blanca. Pero es realidad.
Parece broma que los rusos se hayan abstenido de participar en la Cumbre sobre Seguridad Nuclear en Washington, con el pretexto de no haber sido previamente consultados sobre la agenda. Mientras tanto, Kim Jong-un sigue jugando con misiles como fueran luces de bengala; y el riesgo del terrorismo nuclear abandona el terreno de la ficción para convertirse en una verdadera posibilidad, no necesariamente catastrófica pero indudablemente devastadora. Pero es la realidad.
Parece broma que Dilma Rousseff llame a Lula a ofrecerle un ministerio con el fin de aforarlo y blindarlo frente a las investigaciones que lo relacionan con los escándalos de corrupción que sacuden a la clase política y empresarial brasilera. Parece broma que Lula haya aceptado. Parece broma que el partido que impulsa la destitución de Rousseff esté plagado de presuntos corruptos. Parece broma que Dilma compre apoyo congresional a punta de puestos y ofertas clientelares. Parece broma que alguien haya dicho una vez que Brasil es la potencia regional suramericana. Pero es la realidad.
Parece broma que los cascos azules destacados en República Centroafricana estén ahora mismo bajo la lupa por sistemáticos abusos sexuales a menores. Parece broma que los Castro sigan tan campantes. Parece broma que Bachar al Assad sea ahora el campeón de la lucha anti ISIS. Parece broma que España lleve más de 100 días sin gobierno. Parece broma que Catar construya estadios fastuosos gracias al trabajo casi esclavo de inmigrantes explotados incluso hasta morir. Parece broma Nicolás Maduro…
Pero no es broma. Es la triste realidad
*Analista y profesor de Relaciones Internacionales