Templanza
“La virtud política, económica y social más importante del siglo XXI”
En 1973 el escritor Italo Calvino publicó “El castillo de los destinos cruzados”, colección de relatos construidos a partir de la lectura de las cartas del tarot, empleadas como cuentas que, paulatinamente, van entretejiendo una especie de “rosario narrativo”. ¿Sería posible utilizar el mismo artilugio para explicar el estado de cosas del mundo en este año que apenas comienza?
El arcano XX del tarot es “El juicio”. Según los tarotistas, esta carta representa un hito en el desarrollo del alma: el individuo ha sido purificado por el fuego, ha superado los obstáculos y ha salido transformado, renovado; en mejores condiciones para dar un giro radical a su vida. Algo similar ocurre hoy en día. Las graves coyunturas actuales, desde el cambio climático hasta la crisis de los refugiados -los que huyen, los que naufragan, los que protagonizan episodios como el de Nochevieja en Colonia, los que sufren por causa de la xenofobia y los 80 mil cuya deportación ha anunciado el gobierno sueco- ponen en entredicho la capacidad de las sociedades humanas (de la gente, de los gobiernos, de la llamada “comunidad internacional”) para superar los desafíos de un mundo que parece estar fuera de quicio.
Un mundo que atraviesa un periodo de confusión y oscuridad del que debe salir -como lo sugiere otro arcano, “La luna”- restableciendo el orden de las cosas, para lo cual resulta imperativo romper (y no repetir) el pasado, cambiar y renovarse, a pesar del miedo y la angustia.
A veces se echa de menos un líder (“El emperador”), con la madurez y el liderazgo suficientes para encauzar esos esfuerzos, alguien (“Los enamorados”) que lograra generar la sinergia requerida para enfrentar el islamismo militante, el chantaje del líder norcoreano, los abusos de los mandamases árabes y africanos. Pero con demasiada frecuencia lo que emerge es el “El mago”, convencido de tener el poder absoluto, la receta fácil, el populista de cualquier lado del espectro político (de Chávez a Trump), que medra en los momentos difíciles (“La torre”) y que fácilmente acaba llevando a los suyos al borde del abismo (como “El loco”), sin que ninguna advertencia pueda disuadirlo.
Ojalá a lo largo de los próximos meses el mundo descubra “La Templanza”. No sólo como arcano que representa el autodominio, el equilibrio, la moderación, la toma de conciencia, la solidaridad, la amistad y la regeneración, y que invita a repensar y revaluar el presente y a asumirlo con responsabilidad, sino también como la más necesaria virtud política, social y económica del siglo XXI.
*Analista y profesor de Relaciones Internacionales