Andrés Molano Rojas* | El Nuevo Siglo
Lunes, 4 de Mayo de 2015

 “No seguir ignorando abuso sexual de menores”

MÁCULA DE ULTRAJES

Un acto valeroso

ANDERS  Kompass es un curtido funcionario de Naciones Unidas, vinculado desde hace varios años al equipo de trabajo del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de esa organización. En Colombia se lo recuerda, precisamente, por haber sido su representante entre 1999 y 2002, durante uno de los períodos más críticos de la historia del país en esa materia.  Su gestión no estuvo exenta de polémica -a fin de cuentas, cuando se trata de derechos humanos, como dicen que dijo el Quijote (aunque no lo haya escrito nunca Cervantes), “si los perros ladran, es señal de que avanzamos”-.  Fue un insistente y activo promotor de la ratificación del Estatuto de Roma por parte de Colombia, y su agencia elaboró uno de los primeros informes sobre la tragedia de Bojayá, en el que subrayó no sólo la responsabilidad principal de las Farc y de las AUC, sino también la de un Estado que para aquel entonces estaba en franca retirada de esa y muchas otras zonas del territorio nacional y apenas empezaba a acumular capacidades que posteriormente permitirían invertir la correlación de fuerzas con los grupos armados ilegales.

En los últimos días Anders Kompass ha saltado a los titulares de prensa de todo el mundo por cuenta del escándalo que él mismo ha provocado, al filtrar al Gobierno francés un reporte confidencial de la ONU que da cuenta de varios casos de abuso sexual de menores que habrían cometido algunos integrantes de una misión de paz francesa destacada en República Centroafricana, y que corría el riesgo de acabar durmiendo el sueño de los justos en el despacho del actual Alto Comisionado para los Derechos Humanos, el jordano Zeid Ra’ad Al Hussein. Kompass ha sido suspendido de su cargo y está siendo investigado por la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONUpor haber violado el protocolo establecido para manejar este tipo de situaciones.

¿Pero qué otra cosa habría podido hacer? Su actuación ha sido tan valerosa como necesaria. La mácula de los ultrajes ensombrece el historial de las misiones de paz:  los Balcanes, Haití, Côte d’Ivoire, Burundi, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Camboya y Timor, han sido escenario no sólo de las vejaciones cometidas, sino de una nefasta práctica -ignorar, negar, ocultar, disimular- cuya tácita institucionalización le hace tanto daño al derecho de las víctimas como al prestigio y legitimidad de las misiones de paz, que en su inmensa mayoría componen hombres y mujeres comprometidos con el elevado propósito al que están destinados a servir.

*Analista y profesor de Relaciones Internacionales