Andrés Felipe Rangel Gómez* | El Nuevo Siglo
Sábado, 3 de Octubre de 2015

DELITOS COMUNES

La principal preocupación de Bogotá

“No vive el que no vive seguro”.

Francisco de Quevedo

En  estas elecciones en las que me encuentro como candidato al Concejo de Bogotá con el Partido Conservador y el número 17 en el tarjetón, he podido asistir a debates en universidades, hablar con la gente en las calles y leer  los estudios serios con los que cuenta la ciudad. En medio de esta travesía, he descubierto que el escritor español del siglo XVI, tenía toda la razón cuando en un momento de brillantez, quizá por las dificultades de seguridad de la España de su época, afirmo, me imagino que un poco enojado, que no era posible la vida sin la seguridad.

Y es que aquel que fue llamado en su tiempo, el señor de la Torre de Juan Abad y  Caballero de la Orden de Santiago, no era un escritor cualquiera, sino uno de los genios de la literatura española, así que algunas luces podría darnos frente a ese tema para la Bogotá del 2015, la cual hoy tanto desea la seguridad, y en la que quizá en algún momento  de la historia mejoren las cifras y la realidad de esta situación social en nuestra urbe. 

Esta semana se realizó el lanzamiento de la encuesta de seguridad ciudadana 2015, elaborado por la organización Bogotá cómo vamos, una iniciativa de la Fundación Corona, la Javeriana y la Cámara de Comercio de Bogotá. Algunas de las cifras que presentaron acerca del tema de la seguridad es que  el 59% de las personas se sienten inseguras en la ciudad. Esta cifra refleja, no solo la percepción de la gente, sino la realidad de inseguridad que deben padecer los bogotanos en las calles en donde se presentan de manera frecuente delitos comunes, como el hurto de pertenencias, robos a residencias y demás delitos.

Personalmente, en varias oportunidades en el sistema de transporte publico de esta ciudad, he tenido que presenciar intentos de robo en los últimos años, en los que gracias a Dios y de manera milagrosa no he sido afectado en mi honra y bienes.

Otra de las cifras presentadas por Bogotá como vamos, es el tema de los delitos comunes.  En Bogotá como vamos,  el 23% de la población afirma haber sido víctima de un delito, de este porcentaje el 80% ha sido víctima del llamado raponazo. De los que fueron víctimas de un delito, el 60% no denunció.

Si a esto se le suma un bajo porcentaje de los delincuentes denunciados, pero no judicializados, se tiene que en algunas ocasiones los delincuentes son apresados y luego se les deja en libertad. Al quedar libres, sin oportunidades y con dificultades económicas,  lo más probable es que  prontamente estén cometiendo delitos o mendigando en las calles.

Este panorama general, acerca de la seguridad en Bogotá nos ayuda a entender que el célebre escritor español, don Francisco de Quevedo, tenía toda la razón cuando pensaba que la seguridad era necesaria para la vida. Si queremos tener una mejor calidad de vida, la ciudad debe mejorar en la seguridad que ofrece a sus ciudadanos. Para esto Bogotá requiere incrementar el pie de fuerza de la policía que hoy día sigue siendo insuficiente para atender las necesidades de seguridad de la capital del país y mejorar la tecnología con la que hoy cuenta la ciudad para vigilar y proteger a sus ciudadanos.

@feliperangel81

*Politólogo

Universidad del Rosario