Celebrando el más grande amor
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para que todo el que cree en él no se pierda sino que tenga vida eterna”. Juan 3:16.
Llegó diciembre con sus luces, alegría, compras y regalos. Las ciudades del país se iluminan en torno de los motivos navideños y la gente adorna sus casas con luces, muñecos, venados, papás noeles, duendes y demás.
La Navidad, que viene del latin Nativitate, que significa: Nati: Nacimiento; vita: Vida y te: ti. Es decir, nacimiento de la vida para ti (http://www.diocesisdecanarias.es). Los angloparlantes la denominan Cristhmas que significa: “la misa de Cristo”. Los alemanes la denominan Wiechtnaten que significa: “Noche de bendición”. Se celebra por lo general el 25 de diciembre y lo que se conmemora es el nacimiento de Jesús de Nazaret.
Antes del siglo III d.C. ya se celebraba el nacimiento de Jesucristo, aun antes de que los romanos celebraran la fiesta del Sol invencible, de acuerdo con lo que defiende William J. Thige. Otros autores afirman que la celebración el 25 de diciembre se debe a la celebración anual del dios Sol, adaptada por la Iglesia Católica para permitir la conversión de los pueblos paganos.
En el Imperio Romano las celebraciones de Saturno, durante el solsticio llegaban a su punto más alto el 25 de diciembre. El Papa Julio I, pide en el 350 d.C que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha para facilitarles a los romanos que se convirtieran al cristianismo. (http://es.wikipedia.org/wiki/Navidad).
Es curioso que muchas veces vamos de un lado a otro. Corremos a ver las luces, nos aguantamos los trancones, el gentío, el frio, nos arriesgamos y volvemos a correr para ir a comprar los regalos y la cena de Navidad, y muchas veces no tenemos idea de qué estamos celebrando, de cuál es el origen de esta celebración y, lo más importante, de la persona a la cual se le celebra su nacimiento.
La Navidad no es solo luces, regalos, natilla y buñuelos, aunque tampoco lo seria sin estos. La Navidad no es solo correr a ver las luces y darnos regalos sin motivo. La Navidad es la oportunidad para celebrar uno de los mayores acontecimiento que ha podido celebrar la humanidad y es el nacimiento del Hijo de Dios, del Dios hecho hombre, del regalo de Dios el Padre a la humanidad. Es la celebración del más grande amor, del amor de Dios por todos nosotros al darnos a su único hijo, lo que Él más ama, para ser entregado como un sacrificio por el pago de nuestra maldad.
La Navidad es la celebración de la esperanza, de la vida y de la paz que tenemos todos aquellos que creemos en Jesús como el Señor de nuestras vidas. Dios permita que esta sea una época para creer el Señor Jesús, para amarle, para amarnos y perdonarnos en torno de las luces, la natilla y los buñuelos.
@feliperangel81
*Politólogo Universidad del Rosario