Amylkar D. Acosta M. | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Marzo de 2016

RIESGO DE APAGÓN

Alerta naranja

EL  diagnóstico de la actual situación que hizo el Contralor General, Edgardo Maya, no puede ser más patético: “la combinación de factores tales como el fenómeno de El Niño, la escasez de gas natural, la situación financiera de las empresas y el estrés operativo conforman hoy un escenario de riesgo que debe atenuarse con el fin de evitar un desabastecimiento eléctrico”.

En efecto, este Niño ha sido más terrible que todos los anteriores, incluido el de 1997/1998 que hasta ahora había sido el más intenso y extenso de todos, según el Ideam, lo cual obligó a exigir a fondo al parque térmico de generación. La participación de la oferta de energía hídrica y térmica que normalmente era de 70%  y 30%, respectivamente, de los 190 GWHD, que es la demanda máxima, ahora ha llegado hasta el 50% y 50%.

Hasta mediados de febrero de este año no había muchos motivos para preocuparse, pues el nivel de los embalses era aceptable y el funcionamiento del SIN era relativamente normal. La primera alarma que se encendió fue con motivo de la  conflagración que sacó del sistema a Guatapé y luego sobrevendría la avería de una de las unidades de Termoflores.

Para paliar el déficit de energía se dispuso importar energía desde Ecuador y estresar aún más el parque térmico de generación, que está operando a su máxima capacidad, al igual que las demás hidroeléctricas que están operando. María Noemí Arboleda, Gerente de XM, operadora del Sistema manifestó que  “las reservas están al límite”. Y añade que “el riesgo existe…podemos tener problemas de potencia en algunos días”. En ello se apoya el Contralor Maya para afirmar que “Colombia se encuentra a tan sólo 130 megavatios de un déficit de potencia que podría derivar en cortes de energía”.

Desafortunadamente los llamados del Ministro al ahorro voluntario han caído en el vacío, no han encontrado eco; en diciembre se incrementó la demanda el 5.4%, el 5.7% en enero y el 4.5% en febrero. Por ello, hemos considerado que se deben tomar medidas drásticas y contundentes, las que, además de forzar el ahorro en el consumo induzcan a hacer un uso más eficiente de la energía.

De allí mis propuestas: la primera de ellas consiste en adelantar en una hora las manecillas del reloj, con el fin de utilizar más tiempo la energía solar, con lo cual se ahorraría energía eléctrica, como ya se hizo en 1992, lográndose un ahorro de 3.600 GW, equivalentes a 20 días de consumo actual, aproximadamente.

Otra propuesta es la de la tarifa – horaria, de modo que se establezca una tarifa diferencial, con el fin de inducir al usuario, especialmente al sector productivo, a desplazar su mayor consumo a las horas “valle”, que es cuando se genera la energía de menor costo, descongestionando de esta manera el consumo en horas “pico”, que es cuando más expuestos estamos a un eventual racionamiento.

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