Amylkar D. Acosta M* | El Nuevo Siglo
Jueves, 11 de Diciembre de 2014

ENJUNDIOSO TRABAJO

Alerta temprana

Acaba   de salir a la luz el texto Colombia frente a una destorcida en los precios del petróleo, editado bajo los auspicios del PNUD y elaborado por un equipo investigador coordinado por Hernando José Gómez. En mis comentarios, a propósito de su presentación, resalté el mérito de este enjundioso trabajo, que le da una mirada anticipatoria al futuro que nos habrá de deparar la tremenda descolgada de los precios del crudo.

Prima facie, las conclusiones, luego de hacer una serie de simulaciones y plantear dos escenarios extremos, pueden parecer catastrofistas, pero no hay tal. No hay duda, el signo de los tiempos es la incertidumbre, todo el mundo se pregunta cuánto durará esta caída de precios y cuándo va a tocar fondo, sin que nadie tenga una respuesta concluyente.

Dada la dependencia de Colombia con respecto a la producción y exportación de crudo, no obstante que no se le puede calificar como petrolero dada la precariedad de sus reservas probadas, tiene una alta vulnerabilidad frente a la caída de su cotización en los mercados internacionales.

Uno de los escenarios que se analizan en este trabajo es aquel en el que los precios del petróleo fluctúen entre los US$ 70 el barril y US$ 120 hacia el año 2020. En el segundo escenario, que es el más probable, se nos plantea lo que acaecería en el evento que el bajonazo del precio de referencia WTI del crudo se llegara a desplomar hasta los US$ 60 el barril. Se detiene el estudio en el escudriñamiento de las consecuencias que se podrían derivar en caso de que se llegara a materializar el segundo escenario y los resultados que arroja no dejan de ser motivo de gran preocupación. Entre otras consecuencias “el crecimiento del PIB pasaría de un 4.3% estimado en 2014 a un 1.4% anual para 2015. Un año después, la contracción del producto se ubicaría incluso en niveles cercanos al 2.6%”. Ello nos abocaría a una crisis económica apenas equiparable a la que experimentó el país en el aciago año 1999.

Podemos, entonces, concluir que este trabajo lejos de ser alarmista o catastrofista, más bien esta viendo el futuro con anticipación y activando una alerta temprana para que no nos dejemos sorprender por los acontecimientos que ya se columbran.

www.amylkaracosta.net

*Exministro de Minas y Energía