AMYLKAR D. ACOSTA M. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 22 de Mayo de 2013

El horóscopo del TLC

 

El Gobierno celebró con bombos y platillos la semana anterior el primer aniversario de la entrada en vigencia del TLC con EE.UU. y aunque se quisieron magnificar sus resultados, los hechos, que son tozudos, terminaron aguándole la fiesta. Veamos. Entre el 15 de mayo de 2012 y el 31 de marzo de 2013 la facturación al mercado estadounidense  -sin las exportaciones de petróleo- crecieron un magro 3.3%. Entre tanto las importaciones crecieron el 14.6%. Y en lo corrido de este año las importaciones crecieron el 27% (¡!), al tiempo que entre enero y marzo de este año las exportaciones a EE.UU., según el DANE, cayeron el 16.8% con respecto a igual período del 2012. Y recordemos que para el año completo del 2012, las exportaciones a los EE.UU. en lugar de crecer cayeron el -2%.

Este resultado no debe sorprender, varios estudios habían puesto de manifiesto esta asimetría. Pues bien, a consecuencia de este desequilibrio entre el ritmo exportador e importador se ha traducido en el hecho que  por primera vez desde 2007 se redujo, en lugar de aumentarse, el superávit comercial de Colombia con EE.UU. al pasar de US$ 8.991 millones en 2011 a US$ 8.527 millones en 2012.

El Gobierno ha querido dorar la píldora desestimando este gran revés del sector externo de la economía, con el socorrido argumento de que todavía es demasiado pronto para evaluar los beneficios que se esperan del TLC con EE.UU. El Ministro de  Comercio aduce que “los TLC no producen resultados instantáneos”. Por su parte la presidenta de Proexport, María Claudia Lacouture, dice que “el TLC ha dado resultados en exportaciones no tradicionales”. Se cuentan entre otras, según lo anunciara el presidente Santos, la exportación de horóscopos, fotonovelas, tiras cómicas e historietas al gran mercado de los EE.UU.

Según el presidente de la ANDI, Luis Carlos Villegas, “más del 80% de las empresas han manifestado que se han visto fuertemente afectadas por la competencia de las importaciones”. Muchas de ellas se han enfrentado a la disyuntiva de plegarse, convirtiéndose en importadores de prendas de vestir, como lo viene haciendo Arturo Calle o a irse a la quiebra y terminar clausurando sus factorías como lo tuvo que hacer Hernando Trujillo. Y estamos hablando de dos marcas emblemáticas de la confección Made in Colombia.

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