AMYLKAR D. ACOSTA M | El Nuevo Siglo
Miércoles, 17 de Abril de 2013

La gran encrucijada

 

Pensando  con el deseo, el presidente de la ANDI, Luis Carlos Villegas, augura para el 2013 “un horizonte parecido al de 2012 entre 3.5% y 4%”, mientras el Gobierno se reafirma en su meta a alcanzar del 4.8%, que luce demasiado optimista. Ni el uno ni el otro consultan la realidad, por eso se apresura Luis Carlos Villegas a aclarar que el cumplimiento de sus previsiones va a depender “de si Venezuela se sigue recuperando y sigue demandando exportaciones colombianas y sobre todo si Europa va a entrar en una onda de recuperación y no se mantiene como una gran amenaza a la estabilidad”. Pero, resulta que los vientos soplan en la dirección opuesta a sus deseos y los hechos son tozudos.

Ello ha obligado al Gobierno a anunciar “lo que podríamos llamar un plan de choque por el crecimiento y la productividad”. El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, anunció en el marco de la 54 Asamblea Anual del BID en Panamá algunas medidas tendientes a amortiguar el impacto negativo de la crisis internacional y su coletazo sobre la economía colombiana.

Y ello está muy bien, porque en su Informe macroeconómico sobre América Latina y el Caribe en dicha Asamblea el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, fue muy claro al advertir que “el menor crecimiento previsto para la región en los próximos años podría traer una brusca caída en la tasa de inversión, lo que impediría cerrar las profundas brechas que prevalecen en materia de infraestructura e incluso ello podría derivar en un crecimiento económico inferior al proyectado”.

De modo que no hay tiempo que perder, hay premura en la toma de decisiones, en pasar de los anuncios a las acciones de gobierno para evitar el colapso de la industria manufacturera y del campo colombiano. Es urgente frenar la desindustrialización y el desmantelamiento del aparato productivo del país, antes de que sea demasiado tarde. Lo ha planteado claramente el analista Ricardo Chica: “ningún país se ha desarrollado sin industrializarse y ningún país se ha industrializado sin una política industrial activa”.

Hemos sido reiterativos en que la salida de esta encrucijada pasa por la diversificación de la base productiva, así como la diversificación de la oferta exportadora y los mercados externos, amén de la profundización del mercado interno y la integración regional.

www.amylkaracosta.net