Son solo falacias
La propuesta del Gobierno, de desmontar los parafiscales para el SENA y el ICBF, así como la cotización en salud, dizque para generar un millón de empleos y promover la formalización, está fundamentada en tres falacias, a saber: la primera, que la competitividad de las empresas está lastrada por los excesivos costos laborales y no por otras razones de pronto más poderosas; la segunda, que al bajar los costos laborales las empresas se van a animar a enganchar más trabajadores a su nómina y la tercera, que el SENA y el ICBF no sufrirán mengua en sus ingresos con esta medida.
Este ha sido el caballito de batalla del cual se han servido algunos analistas e investigadores, obcecados con la idea de bajar los costos laborales como la fórmula mágica de generar más empleo y contribuir a la formalización del mismo. Ellos han sido los mayores promotores de las reformas tendientes a flexibilizar la legislación laboral y de esta manera bajar los costos de contratación de la mano de obra, con los frustrantes resultados ya conocidos.
De acuerdo con un estudio del Observatorio del Mercado Laboral de la Universidad Externado de Colombia “Los sobrecostos laborales no pueden considerarse la principal causa del elevado desempleo”. Es decir, se está partiendo de una premisa falsa para concluir que hay que desmontar los aportes al SENA, al ICBF y a salud “para que las empresas se decidan a contratar trabajadores”.
Con iguales propósitos, de reducir los costos laborales y por esta vía generar más empleo, se expidieron la Ley 50 de 1990,la Ley 590 de 2000 y la Ley 789 de 2002 y más recientemente por la Ley 1429 de diciembre de 2010 y hoy en materia de empleo e informalidad no estamos mejor que cuando estuvimos peor. Generar empleo es más difícil que soplar y hacer botellas.
Y la razón es una sola, de Perogrullo, como lo afirma el presidente de la SAC Rafael Mejía, “las empresas contratan más trabajadores cuando venden más y cuando a la economía le va bien y no necesariamente porque bajen los parafiscales”. Y ya hemos explicado que lo que se recaude con el nuevo impuesto CREE resultaría insuficiente para financiar al Sena y al ICBF. Quedaríamos, entonces, en el peor de los mundos, con el pecado y sin la gracia.