Es quizás el más acertado calificativo que se le pueda dar a este hombre, sí, “El Patriota”, un hombre valiente que ha tenido el coraje de enfrentarse a los más poderosos criminales del país como han sido los guerrilleros armados y los guerrilleros políticos; no le tembló la mano para encarcelar y extraditar a unos 1.200 paramilitares, donde poderosos cabecillas purgan penas de largos años en cárceles norteamericanas.
Se enfrentó a bandas criminales y narcotraficantes acabando con muchas de ellas. Sufrió numerosos atentados contra su vida, ha sido víctima de innumerables calumnias y acusaciones que le han atormentado su vida y lo han puesto a la defensa propia y de su familia. A su hermano Santiago, un campesino ganadero, lo han encarcelado acusándolo de ser jefe paramilitar. A sus hijos Tomás y Jerónimo, dos jóvenes emprendedores y empresarios los han señalado de aprovecharse de negocios, mientras ellos promueven las exportaciones de artesanías colombianas y se dedican al negocio del reciclaje.
Como si lo anterior fuera poco le trataron de montar a Uribe una perversa patraña, insinuando de ser violador sexual por medio de una periodista que escribió un tendencioso artículo que, sin nombrarlo, dio pie a sus malquerientes para señalarlo a él de ser el autor, algo verdaderamente oprobioso y bellaco. ¡Que no se ha dicho de Uribe!
Pero ahí no terminan los ataques a este buen hombre, pues un senador de la izquierda, un sinvergüenza que ha urdido toda una película sobre una supuesta manipulación de testigos en contra del expresidente, lo tiene en líos ante la Corte Suprema de Justicia, que también es malqueriente de Uribe, todo aquello con el propósito de buscar su detención, pero ante la verdad e inocencia comprobada nada han podido hacer contra él.
Mientras tanto millones de colombianos salen a las calles en todo el país en pacíficas manifestaciones de respaldo al expresidente. Uribe podría desde hace diez años que dejó el poder estar descansando en su finca, cuidando sus vacas, montando a caballo y disfrutando de sus nietos, como toda persona que se acerca a los 70 años de vida, pero no, él prefirió seguir dando la batalla a nombre de Colombia, fundó su partido político, salió senador, puso numerosos congresistas, alcaldes, gobernadores, diputados, concejales y ediles para ayudar al país por las vias democráticas. También puso a los dos últimos presidentes: Juan Manuel Santos, quién traicionó su legado, y ahora Iván Duque que si está cumpliendo con los postulados del presidente Uribe, desde luego con la independencia de gobernante.
Álvaro Uribe Vélez ha sido, es y será el personaje del siglo XXI para Colombia, quién todo se lo jugó por su causa, al que el país le debe agradecer por su misión de seguridad democrática, por los aportes en materia social y económica, a su compromiso indeclinable de luchar por un país mejor, más seguro y democrático. La historia así lo escribirá y con los años nuestras descendencias lo recordarán, como eso que es: El Patriota.