ALFONSO ORDUZ DUARTE | El Nuevo Siglo
Sábado, 31 de Marzo de 2012

Partido Conservador en hibernación

SE oye decir con relativa frecuencia por parte de comentaristas, periodistas, políticos, en fin, de personas que se ocupan en los asuntos públicos del país, que los Partidos por malos manejos de sus dirigentes, por falta de ellos, porque no han podido emular a los de otros tiempos o simplemente porque el pueblo hacia el cual están dirigidos los esfuerzos, dígase mejor la ideología, los abandonaron porque quieren y anhelan cosas diferentes a las que ellos ofrecen, dados los avances de toda índole que ha sufrido el mundo en forma vertiginosa en los últimos tiempos, permitiendo, entre otras cosas, que lo que sucede en la antípoda sea conocido instantáneamente al otro lado. Pero no es sólo a la antípoda que es aplicable el inmediato conocimiento, oído, visto y leído, sino al universo entero por lo menos a la Vía Láctea. Hace apenas una generación que el mundo asombrado vio al instante la llegada del hombre a la Luna.

En lo que al Partido Conservador se refiere, no se puede afirmar que su ideología está mandada a recoger; dirán si es cierto o no que el pueblo colombiano es conservador en su manera de pensar; amigo del orden, de la disciplina, de la recta aplicación de la doctrina de nuestra Santa Madre Iglesia, en fin, enemigo de las propuestas radicales que pretendan modificar su comportamiento colectivo. No ha sido sometido a sistemas de gobierno que pretendan imponer sus puntos de vista por la fuerza. Si ha habido alguna vez la pretensión de alguno de hacerlo, le ha dicho en una u otra forma que no está dispuesto a tolerar y lo ha desplazado. El siglo pasado mantuvo la tradición civilista y salvo el caso del gobierno de Rojas Pinilla, que prefirió retirarse antes de usar la fuerza en contra de quienes lo habían empujado a sentarse en el solio de Bolívar, no existe un jefe de gobierno que no hubiera accedido por encima de la de los vencedores, todavía no ha sido suficientemente objetiva como para que haya un juicio claro sobre ese episodio colombiano. La historia contada carente del rigor del científico, suele reflejar la manera en la cual la vio y la percibió quien la narra. Despojado el relato de la pasión del momento, se puede empezar a entender y evaluar lo que evidentemente sucedió. Los hechos no son necesariamente la manera como quien los narra los vio.

Volviendo al Partido Conservador a cambio de decir que está feneciendo es más apropiado aceptar que está en estado de hibernación, que no es otra cosa que el estado que se presenta en su cuerpo en situaciones externas difíciles, que le permiten descansar su cuerpo para revivir cuando las circunstancias sean más tolerables y actuar como órgano vivo pleno de energía.

***

Esta casa está de duelo por la desaparición de doña Elvira Vegalara de Uribe.