A TRAVÉS DEL TEODOLITO
Lo único cierto es lo que ya pasó
COMO si no tuviéramos suficientes asuntos en los cuales pensar, ahora nos hemos propuesto opinar y tomar como nuestros los asuntos políticos; nos hemos impuesto el trabajo de leer, observar y opinar sobre la campaña política en Estados Unidos, en donde las controversias políticas se ventilan y dirimen en forma diferente a como se hace en Colombia.
En ese país los asuntos son entre los dos partidos tradicionales, el demócrata y el republicano. El primero es la mayoría, según las estadísticas y encuestas. Si se pudiera aplicar matemáticas elementales a esta situación, el partido demócrata tendría siempre las riendas del Gobierno y también las del Congreso, lo cual es contradicho por la realidad. Eso se explica por la masa de ciudadanos que a la hora de votar no lo hacen como miembros de un partido, sino de acuerdo con las conveniencias de su país. En otras palabras la opinión de los ciudadanos, mejor expresado como el voto de opinión, ha resuelto en forma conveniente para el país el asunto electoral. Estamos muy bien informados acerca de las votaciones primarias, dentro del seno de cada uno de los partidos. Se configura así, como lo es para la elección del presidente, la votación indirecta. La lucha electoral ahora es entre los diferentes candidatos, estado por estado, para que aquel que obtenga un mayor número de delegados a la convención de su partido resulte electo candidato. En esas están allá, y aquí nosotros informándonos con todo detalle de lo que está sucediendo.
El señor Trump ha resultado un candidato “sui generis.” Los planteamientos que ha hecho sobre muchos aspectos de la política de su país, particularmente aquel que tiene que ver con el tratamiento a los extranjeros, bien parece que atrae a muchas votantes. Pero el país no puede olvidar que está constituido por inmigrantes, quienes han hecho de su territorio su propia patria y han contribuido en forma eficaz y efectiva a su prosperidad. Pero esos son los de generaciones anteriores que han echado raíces en ese país y no quieren, según Trump, que el espacio vital sea compartido por nuevos inmigrantes. Tal parece que a pesar de la oposición de algún sector o de algunos estados que eligen delegados, el candidato de los republicanos va a ser el señor Trump, quien tendrá que medir sus fuerza electorales con el candidato de los demócratas donde todo parece indicar que el candidato será candidata, la señora Clinton quien a su natural inteligencia aporta una sin igual experiencia en el manejo de la cosa pública.
Ocho años al lado de un brillante político, su marido Bill Clinton, así como su experiencia de varios años como Secretaría de Estado del actual presidente Obama constituyen un activo político de peso. Es una buena oradora no tanto por el énfasis de su verbo como por la calidad del mismo; esas cualidades la harán la candidata demócrata que si logra mantener la unidad de su partido y atraer a los ciudadanos independientes será la próxima presidente. Claro que lo mismo piensa Trump. La expectativa es que por primera vez la gran potencia lleve a una mujer a la Casa Blanca. Así como decimos en Colombia, lo único cierto en política es lo que ya pasó, también por allá puede suceder lo mismo.