A TRAVÉS DEL TEODOLITO
Ramas independientes
RESULTA que la opinión que tienen los colombianos con respecto a la manera como están siendo dirigidos por el presidente Santos no está en porcentajes muy alentadores que digamos, si es que nos atenemos a las encuestas de las cuales han dado cuenta los periódicos. Ya en otras oportunidades a través de esta columna he dado mi opinión con respecto a las encuestas que me permito repetir: éstas pueden ser una verdad colectiva pero una mentira individual. “Pero si a mí no me han preguntado y no estoy de acuerdo con las conclusiones,” es una de las reflexiones de quien las lee.
Pero bueno, para los comentarios que siguen aceptemos que las encuestas sobre Santos sean una verdad colectiva a la cual desde luego tendrán que ponerle mucha atención las autoridades. Lo que sí parece cierto es que la oposición, en cabeza del expresidente y hoy senador Uribe, ha tenido los efectos que se ha propuesto. Todos los actos del Gobierno, que no tienen que ser del gusto de todos los gobernados, han sido desde el punto de vista de la oposición arbitrariamente analizados y controvertidos. Muy poco de lo que se hace por la paz es de su conveniencia, pero los veremos una vez que este propósito se logre, discutiendo por obtener los créditos a los que se creen acreedores.
Hasta donde nuestros conocimientos, remanentes de la cátedra de Instrucción Cívica ahora eliminada, el Estado se maneja a través de las tres ramas del poder público, herencia de Montesquieu, independiente la una de la otra. Esta son la Ejecutiva, a cuya cabeza está el Presidente de la República; la Judicial, encabezada por las cortes; y la Legislativa, a cuyo cuidado está básicamente el estudio y valoración de las leyes que debemos acatar y obedecer. La independencia entre ellas es uno de las características que hacen de nuestro país o de cualquier país que se haya dado este sistema, la garantía de los derechos colectivos e individuales.
Esta tres ramas, cada una en sus funciones persiguen un fin político como es el de poner en práctica lo que los griegos llamaron el arte de vivir en sociedad o el arte de la cosas del Estado con este propósito, como es el de, respetando los derechos de todos, se pueda convivir en armonía y libertad. Con esta concepción, las tres ramas desarrollan funciones políticas. El poder Judicial que es aquel sobre el cual tienen todos sus ojos puestos todos los colombianos y también los extranjeros vigilantes para que no sea contaminada por la política. Permítaseme afirmar que todos los actos de los jueces que deben estar encaminados para lograr el arte de vivir en sociedad son necesariamente políticos, pues en una u otra manera están instruyendo a la comunidad sobre la manera de entender y aplicar las leyes vigentes analizando sus efectos sobre la comunidad.
¿Faltaron consideraciones de esa índole al disponer la detención del ganadero Uribe, hermano del senador del mismo apellido? Parece que sí. No me atrevo a opinar sobre si los delitos de los cuales se le acusa ameritan o no su detención. No parece que sea un peligro para la sociedad si permanece libre mientras lo investigan. Lo que no tuvo en cuenta quien dispuso su privación de libertad fueron los efectos de esta medida. Mal se le puede achacar a Santos si existe la independencia de las tres ramas del poder público.