Alfonso Orduz Duarte | El Nuevo Siglo
Sábado, 5 de Septiembre de 2015

San Basilio de Palenque

Estamos convencidos o por lo menos así lo dice nuestra historia, la de Henao y Arrubla, que fue la de las primeras letras en esta materia, que en nuestra independencia de España la batalla por la libertad comenzó con la rebelión de los Comuneros tan vilmente traicionados por la jerarquía católica, el arzobispo Caballero y Góngora; tuvo su continuación el 20 de julio de 1810 con el famoso grito de independencia que dio origen a la guerra que terminó el 7 de agosto de 1819. Tenemos que agregarle a estas efemérides tan importantes otras que se hallan un poco refundidas.

¿Sabemos, por ejemplo, que el primer territorio libre de América está ubicado en Colombia muy cerca de Cartagena y que hoy se llama San Basilio de Palenque? Allí se refugiaron a finales del siglo XVI Benkos  Biohó, con un grupo de cimarrones descendientes de África en un estado de rebeldía tal, que la Corona española tuvo que negociar con ellos a comienzos del siglo XVII, permitiéndoles la libre circulación a cambio de la promesa de actuar pacíficamente y de no recibir a más esclavos fugados. Biohó continuó siendo el líder hasta cuando una vez hecho preso por orden del Gobernador fue ahorcado. La altivez de los cimarrones y su deseo de independencia obligó a que la Corona, en 1713, reconociera a San Basilio de Palenque o Palenque de San Basilio, como territorio propio, autónomo de hombres y mujeres libres.  Esto se sucedió un siglo antes del grito de 1810 y de la guerra por la independencia. Las prerrogativas que los cimarrones de Palenque habían obtenido en su lucha por su libertad se iniciara un siglo antes, los mantuvo al margen de la gesta emancipadora pues ellos ya habían conseguido lo suyo.

Estas circunstancias han convertido a Palenque en un territorio muy singular dentro de nuestro país. Sea lo primero mencionar que dentro de la organización nacional es un corregimiento del municipio de Mahates en el departamento de Bolívar. No tiene más de 3.000 habitantes de gente amable, generosa, altiva con un alto sentido de conciencia de su propio valer, como descendientes de África, en una población típicamente  costeña. Entre ellos se entienden bien a través de la lengua propia que es la palenquera. Es tal la personalidad y la historia de este pueblo que la Unesco lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Quien haya tenido la oportunidad y la fortuna de alternar con este grupo social puede darse cuenta del orgullo con el cual hacen referencia a su ancestro africano y del uso de su propia lengua. Presenciar la iniciación diaria de las labores escolares en alguno de sus colegios es una experiencia muy especial; los niños cantan el himno de Palenque el cual termina con la evocación emocionante de sus ancestros africanos. La música es otro de los factores que los unen también entre ellos, a sus raíces y a sus costumbres; la música en funerales no es la excepción. En forma increíble logran sacarle música a sus tambores. La confección de los dulces, hoy  a través de asociación de mujeres que se dedican con delicadeza a su fabricación es un atractivo no solo para los visitantes sino también en muchas ciudades del país a donde las mujeres se desplazan a colocar sus delicias.

En fin, San Basilio de Palenque o Palenque de San Basilio es una comunidad llena de historia de la cual los descendientes de los fundadores están orgullosos.