Alfonso Orduz Duarte | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Diciembre de 2014

¿Negociadores amenazados?

EL  secuestro, si así se puede llamar el episodio del cual fue protagonista el general Alzate, nos ha puesto a quienes nos hemos interesado por este caso a cambiar de opinión en la medida en la cual se desarrollaron los acontecimientos. Todo tipo de hipótesis se pueden tejer y en verdad se tejieron alrededor de este infortunado incidente.

La primera reacción cuando se supo que un General vestido de civil acompañado de un soldado y de una abogada se había adentrado en zonas no confiables por estar infestadas de guerrilleros, se refería, por lo menos a una acción imprudente por parte de un oficial de alta jerarquía. Su acción pudo ubicar en entredicho el proceso de paz en el cual han cifrado tantas esperanzas los colombianos; también nos pareció un despropósito de parte de la guerrilla este acto que puso en entredicho y al borde  del precipicio, las conversaciones que se vienen adelantando.

Otra de las sorpresas fue la actitud de los guerrilleros que están en La Habana. Parece que no hubieran conocido del episodio sino hasta cuando éste acaeció.  Lo cierto es que su reacción parece que fue bien recibida por la comisión negociadora y también por el Gobierno que decidió, una vez conoció de los hechos, suspender temporalmente las negociaciones. Buena medida que igualmente fue bien recibida.

Dizque la guerrilla comunicó su propósito de devolver al General y a sus acompañantes, la abogada y el suboficial. Naturalmente, como era de esperarse, se hicieron de rogar, no para entregar a los secuestrados, sino para hacerse notar ante la opinión pública queriendo así demostrar su buena voluntad. Están aprovechando su gesto en favor de las negociaciones. Que la zona estaba custodiada por las fuerzas del orden era uno de sus pretextos para no cumplir sin más dilaciones  este episodio que ha podido ser radical para las conversaciones de paz, a la hora de la verdad puede  resultar en una clara demostración de  voluntad de su parte de proseguir las negociaciones  y si eso es así el  propósito, en sana lógica hay que pensar que sí quieren llegar a un acuerdo. Queda la opinión del país pendiente de las explicaciones que el general Alzate proporcione, en primera instancia a sus superiores sobre las razones que tuvo para exponer a la nación al riesgo al cual la sometió.

El registro del asalto que perpetraron los guerrilleros a Gorgona no pasó de la crónica periodística del hecho; es de la mayor gravedad que un territorio insular haya sido objeto del ataque artero de quienes dicen que quieren la paz. Fuera de asesinar a quienes tenían la obligación de cuidar esta parte del territorio nacional, posiblemente lo que quieren es demostrar que son capaces de realizar todo tipo de incursiones criminales. Llevar a la mesa de negociaciones sus bajos instintos para así, bajo la amenaza tratar de amedrentar. No es bajo este tipo de amenazas que se van a dejar asustar los negociadores ni el país.