Bogotá, ciudad digna
“La ciudad necesita alguien que la saque de su grave crisis”
Bien parece que los colombiano nos estamos alistando para las elecciones del próximo año, durante las cuales se elegirán las autoridades locales en desarrollo de la Constitución de 1991. Gobernadores y alcaldes serán elegidos. Y los votantes bogotanos tendremos que prepararnos para esta vez elegir a un alcalde que salve a la ciudad del tremendo fracaso que ha sido la presencia de la izquierda, representada por tres de sus seguidores. Lucho Garzón, actual Ministro de Trabajo; Samuel Moreno, quien actualmente reposa en la cárcel rumiando la crisis en la cual dejó sumida a la ciudad y Petro, que ha sido el máximo de la ineficacia y ha coronado con toda clase de honores su incapacidad de manejar la capital.
La ciudad ahogada en basura, sus vías destrozadas cuya salvación fue la famosa máquina tapahuecos que no ha podido resolver el propósito para el cual fue contratada, la movilidad de los bogotanos, digamos más bien la inmovilidad que sufren para trasladarse a su trabajo o para realizar cualquier diligencia, son unos de la infinidad de problemas a los cuales tendrá que enfrentarse quien aspire a conducir y dirigir a la capital.
Ojalá los bogotanos tengan y analicen las propuestas de quienes aspiren a ser ocupantes temporales del Palacio Liévano. Ya se oyen y se sienten a los posibles candidatos. Como se dice que los bogotanos tienen la capacidad para opinar libremente, tendrán que meditar acerca de las últimas tres administraciones y posiblemente, si no se dejan engañar, le pasen la cuenta de cobro electoral a los movimientos políticos bajo cuya dirección nos han llevado al caos que hemos tenido que soportar.
Rescatar Bogotá no va a ser trabajo fácil. Se necesita un líder de carácter cívico que convenza a los sufridos bogotanos que tendremos que enfrentarnos a una etapa de reconstrucción de las costumbres ciudadanas, que nos lleve con la cooperación de todos a rescatar a esta estupenda ciudad para retomar el rumbo perdido. Se necesita un alcalde de profunda raigambre popular, que sea capaz de salvar a la ciudad de la honda crisis que vive. Entre otras razones porque a pesar de la sindicación de centralismo que se le hace, esta es la ciudad faro de todo el país. Como que por su tradición es la sede de tantas manifestaciones de la conciencia nacional con sus academias, su vida intelectual, sus colegios y universidades donde se cultiva la inteligencia y la cultura.
Uno de los posibles candidatos, Pacho Santos, hombre muy querido y espontáneo nos regaló recientemente un extenso reportaje, al cual llegó con escopeta regadora con la que no dejó títere con cabeza, pero que estuvo ausente de propuestas que puedan cautivar a los votantes. La frivolidad no es precisamente una de la cualidades que se espera adornen al mandatario. “No sé hacer arepas pero sé en dónde las hacen bien y reconozco las buenas” es una frase de uso común entre nosotros. La sabiduría popular podrá identificar bien a quien represente sus anhelos y deseos del ciudadano de ser parte de una ciudad digna por sus tradiciones y por su historia.