Desagrados del servicio público
Otra persona de alta significación en la vida nacional se va porque no encuentra las garantías que cualquier ciudadano puede y debe tener para encarar la justicia cuando es acusado de algo. Quien fuera Contralora hasta el pasado 31 de agosto resolvió exiliarse explicando su alejamiento la ausencia de garantías para defenderse de las acusaciones que la Fiscalía le tiene montadas.
Esta es una mala señal que se advierte en contra de la seriedad, imparcialidad y neutralidad de nuestra justicia. Sigo pensando que sin desconocer actitudes desaguisadas de algunos jueces y tribunales, el ciudadano puede y debe creer en nuestra justicia. Que es para los de ruana, como para indicar que los desvalidos no pueden acceder a ella, es una gran equivocación. Se van las personas que creen que no van a ser juzgadas digna e imparcialmente. El exministro Arias confió en nuestra justicia, la enfrentó con todos los recursos y en las instancias que su juicio ameritó; antes de que fuera dictada la sentencia, emprendió, posiblemente advertido del sentido de ésta, el viaje para sustraerse al cumplimiento de la misma; lo he expresado en comentario anterior que sí pareció excesiva. Sin embargo, a las faltas tan duramente castigadas, resolvió agregarle la de evadir su cumplimiento, mejor dicho en convertirse en prófugo de la justicia colombiana y en tal calidad ésta está en la obligación de buscarlo y traerlo para que venga a enfrentarlo a que cumpla la pena a la cual fue condenado. ¿Agrega así un nuevo delito o falta a aquellos por los cuales fue sentenciado? Algo del estilo ocurre con la Dra. Hurtado y con el Dr. Restrepo; personas que se han distinguido en su desempeño profesional con probidad y dignidad pero que en algún momento se han desviado de sus obligaciones y se convierten en objeto de leyes y códigos, se espera que no burlen el cumplimiento de la ley.
El caso de la Dra. Morelli es lamentable; es procesada por unas faltas que a lo mejor son administrativas únicamente; pero aunque así no fuera en contra de ella existe únicamente llamamiento a responder por algunas sindicaciones que se le han ocurrido a la Fiscalía; es claro que en desarrollo de estas sindicaciones podría, a juicio del investigador, ser detenida eventualmente sin consideración a su condición de madre cabeza de familia por lo cual su hijo menor podría ser colocado al cuidado de Bienestar Familiar al no concedérsele detención domiciliaria. Casi nada. Esas presunciones seguramente fueron las que la obligaron, teniendo en cuenta la animadversión que le ha sido demostrada por la Fiscalía la hizo buscar asilo en Italia tierra de su padre cuya nacionalidad ostenta ella misma.
La Dra. Morelli, abogada sin tacha, ha sido colocada en condición de sindicada, gracias a que no se negó a prestar sus valiosos servicios en el servicio público. Este es el karma a que todo ciudadano de bien se expone al ingresar a la nómina oficial. ¿Será por eso que tantas personas de bien le tienen pereza al sector público? En fin, estas molestias y desagrados son inherentes a él.
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