Contraloría, pieza del ajedrez
Al fin se dio por terminado el proceso de elección del Contralor, luego de la magnífica y encomiable labor que desarrolló la contralora Sandra Morelli; fue tanta la procelosa actividad desarrolladas que la Fiscalía no pudo con ella y tuvo que encontrarle y buscarle el pierde. Dizque por darle una ubicación digna al despacho es acusada por el Fiscal. Vaya uno a saber adónde va a ir a parar semejante exabrupto. Pero como no se trata de analizar lo que hizo o dejó de hacer la Contralora, sino más observar la movida de estrategia realizada por todos los que en la selección del nuevo Contralor participaron.
Los candidatos entre los cuales tenía que escoger el Congreso Nacional son todos prácticamente desconocidos, salvo el nombre de Maya por haberse desempeñado con anterioridad en diferentes cargos públicos de marcada notoriedad, entre los cuales estuvo el de Procurador General. Su desempeño en esas tareas fue controvertido tanto por sus aciertos como por sus desaciertos. Seguramente los primeros fueron más que los segundos. Bueno, los tres candidatos son miembros del Partido Liberal; ¿habrá alguna norma que exija que en esta ocasión el Contralor deba ser de ese partido? ¿O fue un arreglo entre los partidos para que en esta ocasión le tocara al liberal? Lo cierto es que los candidatos, salvo Maya, son de origen que se difumina en la mediocridad. Uno de ellos, Rondón, fue patrocinado por el expresidente Gaviria a quien desde su alejamiento de la Presidencia solamente los volvimos a oír en el segundo tiempo de la campaña de reelección de Santos; en esta ocasión fue muy activo y decidido, cosa que las huestes políticas registraron bien, así como lo electores que atendieron sus consejos en materia de candidato a la Presidencia. El tercero no se sabe quién lo patrocinó lo que sí se supo al final fue que los votos a su favor escasamente se pudieron contar con los dedos de una mano. Un ajedrez manejado con tino por Santos que le permitió hacerse sentir o hacer ver que sus fuerzas en el Congreso se hicieran presentes como seguramente en forma disciplinada lo harán en otros temas que serán puestos a consideración de los legisladores. La bancada uribista que es la oposición, demostró su disciplina; unánimemente votó por Rondón y así se hizo sentir ante la atronadora mayoría que votó por Maya pero también quedó claro que no dispone de la fuerza que le permita, a la hora de la votación imponer sus puntos de vista. El senador Uribe será uno más entre todos los senadores, respetado por su condición de expresidente, pero sometido como todos ellos a los reglamentos de manejo de la corporación.
En resumen no se sabe si la terna entre la cual el Congreso debería elegir estaba integrada por lo más granado y apto para desempeñar las trascendentales tareas del control fiscal, pero hay que reconocer que se impuso la mayoría de congresistas que apoyan al Gobierno. Ojalá hayan acertado, es el deseo de todos los colombianos.