Reflexiones de Semana Santa
Es Semana Santa, además del recogimiento que las normas de nuestra Santa Madre Iglesia nos imponen, está signado en la vida nacional por la proximidad en la cual todos los colombianos aptos para hacerlo, nos preparamos para elegir a quien debe comandar el país en los próximos 4 años. También motivo de reflexión de aquí al 25 de mayo. Ya resolvimos quienes deben integrar la Rama Legislativa, ahora debemos ocuparnos en la ejecutiva.
Todos los candidatos inscritos tienen y deben ser objeto de consideración y respeto, porque ninguno de ellos es merecedor de nada diferente. Notable que de los 5 candidatos, dos sean del sexo femenino. Nueva demostración de cómo nuestro país sigue dando oportunidades sin par a nuestras bellas colombianas que con talento, inteligencia y conocimiento se han hecho acreedoras al reconocimiento general. No solamente en la política se distinguen; también en otros campos son figuras cimeras. En el Poder Judicial se han hecho dignas de respeto por su actuación basada en conocimientos de la ciencia del derecho y también en el ejercicio de su profesión. En alguna oportunidad tuve la ocasión de participar en un foro de las Naciones Unidas en Viena, en el cual un grupo de países deberían contar cómo habían cumplido con los compromisos contraídos con respecto a la participación de la mujer en las actividades de la nación. Con satisfacción y orgullo la delegación colombiana pudo expresar que en todas las tareas nacionales la mujer estaba desarrollando en forma creciente actividades de gran responsabilidad. Las Fuerzas Armadas no han sido la excepción, como sí lo han sido en otros países. Hoy tenemos una General, no se puede decir con todas las barbas, como miembro muy destacado de la Policía Nacional. El sector financiero y bancario cuenta con las luces de muchas mujeres. Asociaciones gremiales y profesionales las han exaltado para que sean sus dirigentes y representantes como es el caso de la Sociedad Colombiana de Ingenieros y de la Sociedad Colombiana de Arquitectos. En fin, los colombianos debemos sentirnos muy orgullosos y contentos de contar con un abanico de candidatos a la Presidencia que podemos exhibir ante propios y extraños como la expresión de la pujanza de Colombia.
Ahora, a quién escogemos. En nuestro fuero interno hay que meditar y reflexionar con toda objetividad. Lástima que se haya apoderado de los votantes una cierta apatía, falta de entusiasmo para salir a votar; o en un término que no es de muy buen recibo la “jartera” se nota por doquier. Dada la calidad de los candidatos, las reflexiones no deben estar inspiradas en un “anti” en contra de nadie. Más bien, con espíritu positivo y objetivo, buscar entre los 5 cuál es el más apto para manejar este difícil país. Todos los candidatos tienen sus luces y sus sombras, eso es propio del ser humano. El llamado es a superar la apatía, la falta de entusiasmo y la “jartera,” y ejerzamos nuestro derecho y nuestro deber de manifestarnos. Que ese sea el resultado que se vea en la Semana de Pascua y claro el 25 de mayo.