Semana luctuosa
Las noticias de esta semana han sido luctuosas, o por lo menos lo han sido para este columnista quien ha perdido a dos buenos amigos que se fueron a pasarla mejor de lo que nosotros los mortales que por aquí todavía quedamos.
Se nos fue Mario Laserna hombre controvertido en todas las actividades en las cuales se comprometió, porque era una persona que a sus dotes de inteligencia le agregaba la de ser contestatario, característica esta que fácilmente suele confundirse con la originalidad. Y así fue este caballero excepcional. Su máxima realización por la cual será recordado, la idea de crear un centro de estudios superiores con un estilo con el cual se distinguen ahora todos los egresados que ya son muchos miles, que están con los conocimientos adquiridos, con el estilo que les imprime la Universidad de los Andes a todos los que visitan sus aulas, pero mejor expresado a todos los que se contagian de su particular manera de ser. Durante mi paso por ese claustro en Las Aguas tuve la oportunidad de escucharlo en alguna conferencia que, más que ello, era una de las charlas sobre la vida nacional, espiritual, política, profesional, en fin, sobre sus puntos de vista, bastante particulares, de cómo analizar la problemática planteada. Solía dejar a sus oyentes en la duda, pensando con respecto a los asuntos comentados. Se me viene a la memoria una charla o conferencia en la cual con un modelo matemático aplicado con un esfuerzo mental muy alto, pretendía demostrar que el sistema más apto de gobierno era la dictadura, la dictadura buena, desde luego, que es precisamente la que nunca se ha logrado, como tampoco se ha logrado en los gobiernos democráticos. En fin, era un diletante en muchas ramas del saber que se empeñaba en dejar pensando a sus interlocutores ya fuera porque convenían con sus planteamientos o porque se quedaban meditando de cómo no podía ser cierto lo que acababan de escuchar. Fue mi sucesor en las tareas de representar al país ante el Gobierno de Austria; allá, lejos de nuestras fronteras, sin la influencia de las informaciones mediáticas, pudimos tener largas charlas siempre salpicadas con su particular manera de apreciar los fenómenos nacionales. Aunque, por lo menos hasta esa época se suponía que militaba en el partido conservador, su particular manera de pensar lo llevo a otros campos de la acción política, lo cual con su prodigiosa inteligencia, para apreciarlo no era necesario estar de acuerdo con él.
También se nos fue Fabio Tobón Londoño, un caballero sin tacha; en los últimos años fue quien siguió con gran altura y competencia el proceso, que nunca se acaba, de fijar normas a través del Icontec para todas las actividades que en las cuales la inteligencia y el saber humano se manifiestan. Con gran pesar registro su paso a otro estadio de la vida.