¿Nuevo orden social?
“El mundo occidental no ha sido ajeno a estas inquietudes”
SE está viviendo en el mundo una situación que bien puede tener similitudes con lo sucedido en América a principios del siglo XIX, cuando de las colonias de España se apoderó un deseo de independencia o por lo menos de la toma en sus manos, de las elites, de los destinos de sus territorios. La gran diferencia que se observa es la de que las noticias en aquellas épocas llegaban con el retraso propio de las comunicaciones a diferencia de que lo que hoy sucede en cualquier rincón del mundo se conoce inmediatamente en todo él.
Sin embargo los ecos de la Revolución Francesa, con sus postulados de libertad y negación del absolutismo, ocurrida a partir del último cuarto del siglo dieciocho, habían puesto a pensar a quienes tenían deseos de gobernarse a sí mismos. Fue así que como si existieran los medios de información de los cuales se disponen actualmente, prácticamente a partir de 1810 se produjeron en la América Hispana hechos como el Grito de Dolores en México el 16 de mayo de 1810, la Revolución de Mayo el mismo año en Argentina, los movimientos independentistas en Perú y Chile de 1810 y las inquietudes en Guatemala, y claro, el grito de independencia en la Nueva Granada el 20 de julio de 1810.
En 2011 el mundo ha sido testigo de los movimientos en el norte de África: Egipto derrocó a su moderno faraón y aún no ha podido encontrar su destino, Libia se debate en una guerra civil a la cual aún no se le vislumbra el desenlace. Siria en el Cercano Oriente es objeto de la tragedia de un sistema de gobierno que se resiste a las manifestaciones de los inconformes que ha llevado al país a un baño de sangre que tiene aterrada a la opinión pública internacional. Es una ola de inconformidad que parece tener su motor en las clases menos favorecidas y pobres.
Pero el mundo occidental no ha sido ajeno a estas inquietudes populares. Chile, gobernado por Piñera un presidente que llegó al poder en medio del aplauso de sus conciudadanos, enfrenta a los estudiantes inconformes con la manera como se maneja el sistema educativo, otrora modelo y ejemplo del continente, también sufre disturbios que han alterado la paz pública. En el Viejo Continente las manifestaciones de los inconformes se han hecho sentir. España las sufre y la verdad no se sabe muy bien cuál es la causa, salvo como dicen las agencias internacionales de noticias que señalan a los inmigrantes que quieren hacerse sentir y dejar sentada su voz de protesta por la discriminación de la cual son objeto. Pero el colmo en materia de vandalismo lo está sufriendo la tranquila y flemática Inglaterra; allá los desórdenes protagonizados por sus súbditos de reciente generación británica han llegado a mayores como son incendios y saqueos.
¿Será que se está gestando un nuevo orden en la sociedad, con la inclusión activa de los inmigrantes que es producto de la globalización y cuyas manifestaciones son las que estamos viendo?