No deja de ser preocupante la información revelada por la filtración de un documento de inteligencia militar que registra el crecimiento de las disidencias de las Farc en los últimos 12 meses, recuperando gran parte del territorio abandonado por la guerrilla después de firmar el proceso de paz.
El narcotráfico, la minería ilegal y las vacunas a comerciantes y empresarios, alimentan a las organizaciones de delincuencia que están reclutando a personas en condiciones sociales difíciles, ofreciéndoles una posibilidad de lograr ingresos estables. Lo alarmante es que se elevan nuevamente las cifras de menores de edad reclutados a la fuerza, quienes representan un alto porcentaje del incremento de las filas de las disidencias. La presencia del Estado en las regiones más vulnerables es fundamental para evitar que las dificultades económicas genere una migración a esas estructuras. El Estado debe llegar a estas poblaciones con más oportunidades de educación y trabajo, especialmente para los jóvenes. Hay que reconocer el esfuerzo del Gobierno para atender las necesidades de los reinsertados en temas laborales, proyectos productivos, vivienda, servicios públicos, educación; sin embargo no es fácil desarrollar estos programas por las limitaciones de presupuesto.
El regreso a las armas de los miembros de las Farc que en algún momento participaron de las negociaciones en La Habana, incluyendo a ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’, no obedece a otra cosa que a la búsqueda de la riqueza que les otorga la ilegalidad, particularmente el tráfico de estupefacientes. No hay ninguna razón política, y menos una causa social, que motive a las organizaciones ilícitas a permanecer en la clandestinidad, prueba de ello es la intención de unir fuerzas por parte de varios grupos armados de diferentes regiones, pero la ambición por el control del negocio del narcotráfico los divide.
También preocupa la situación actual de los desmovilizados que permanecen vinculados a los planes de reinserción, porque se convierten en objetivo militar de las disidencias, que lista en mano los buscan en las zonas donde se encuentran siguiendo el proceso de integración a la vida civil. Además están recibiendo ofertas para regresar a las filas como combatientes.
La Agencia para la Reincorporación y la Normalización indica que sólo el 25 % de los desmovilizados continúan en los sitios de reintegro y el 75 % emprendieron su propio camino, pero en su mayoría siguen informando sobre la ubicación y actividades que desarrollan. Cerca de mil personas están desaparecidas de los registros.
En el crecimiento de las disidencias de las Farc también está la respuesta a muchos de los crímenes de los líderes sociales.
@WilsonRuizO