La presente columna de opinión, que no es más que eso, una columna de opinión de un ciudadano de a pie, es un homenaje a los millones de jóvenes venezolanos que luchan por su libertad ante el silencio indolente del gobierno de JMS y su canciller salomónica Holguín, de los dirigentes de izquierda, de la clase política colombiana, de los gremios.
Ante el sorprendente silencio del Papa Francisco. A menos de 30 días para su visita apostólica en Colombia no dice nada, no se solidariza con los jóvenes que luchan por su libertad. Quien nadie más que el Papa Francisco en representación de la Iglesia Católica, sinónimo de libertad y de vida en medio de la muerte que circunda al pueblo venezolano, para ser el estandarte que llevara esa bandera, ofreciendo una voz de aliento en las misas dominicales que se realizan en el Vaticano. Pero, no. Incomprensiblemente, guarda silencio ante la dictadura oprobiosa del régimen de Maduro y su gente.
Desde su nacimiento, el comunismo es una plaga. Es una peste. Es un cáncer que hizo metástasis en todo el cuerpo del continente suramericano. Históricamente, el comunismo solamente ha traído caos, miseria, hambre, desolación, gulags, muerte.
En el siglo XXI cambiaron las formas de lucha, cambiaron de nombre, Foro de Sao Pablo. Cambian los tiempos, cambian los nombres, pero sus estrategias siguen siendo las mismas.
Si el régimen oprobioso de Maduro y su gente no cae, si los colombianos perdemos las elecciones del 2018 ganando el candidato del proceso de paz con las Farc, a los colombianos les estallará el comunismo en sus manos con una ferocidad nunca antes vista.
No solamente, serán los colombianos quienes viviremos el yugo del comunismo. Serán todos los países de lo que se ha denominado la Nueva Colombia: Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, quienes estarán bajo el yugo del Foro de Sao Pablo cuyos fundadores Chávez y Lula da Silva con la asesoría de Fidel Castro, recogerán los frutos de su siembra. En ese escenario, no habrá poder humano para liberarse del comunismo del Foro de Sao Pablo.
Si permitimos, además, que todos los dineros espurios que están fluyendo tanto legales como los de Petrobras y Odebrecht en la política suramericana, e ilegales, como los del narcotráfico, ingresen a la democracia comprando las conciencias de quienes se supone deberían defenderla, ¿Qué nos espera como sociedad civilizada a todo el continente suramericano?
Dijo el gran Papa Juan Pablo II, ese sí un apóstol, un verdadero Santo que luchó por la libertad de su pueblo polaco de las garras del comunismo: ¡pueblo! venezolano: levántese, no tengáis miedo, por la libertad, hasta la victoria.
Esta lucha de los jóvenes venezolanos por la libertad es heroica y desigual. Sea esta la oportunidad para que todos los demócratas latinoamericanos, los de verdad, levantemos nuestra voz, nuestros espacios de opinión, en contra del foro de Sao Pablo.
Puntilla: Mientras tanto, en Colombia juegan con candela, si Petro Gustavo o algún candidato favorable a la paz de JMS y las Farc gana las elecciones del 2018, que mi Dios nos ampare y nos proteja.