Chapinero
“No tiene una identidad única, pero le sobra carácter”
PORQUE “(…) esta es la ciudad/ y yo soy un ciudadano de la ciudad/ y lo que interesa a los ciudadanos de la ciudad me interesa a mí: la política, la guerra, el periódico/ el mercado,/ las escuelas,/ el alcalde y los consejos,/ los bancos/ las tarifas, las fábricas,/los vapores, los bienes raíces/ y los bienes mostrencos”, tal como cantó Walt Whitman en Hojas de Hierba, es que quiero ser edil de Chapinero.
La ciudad es la proyección aumentada de cada uno de nosotros; sólo somos en ella y cada localidad es un microcosmos de la ciudad en la que nos vemos y movemos con nuestra compleja condición personal.
En la localidad se materializa la realidad de la ciudad; y la mía es Chapinero, mi residencia en la tierra desde hace 11 años; recorro a diario sus calles y amo, sufro y padezco la séptima vertebral, conector lógico de estas 3.899 hectáreas que dan cobijo a una amalgama de 50 barrios, con apenas 136 mil habitantes.
Chapinero es predominantemente de clase alta, según el perfil económico hecho en 2006 por la Cámara de Comercio de Bogotá; es la quinta localidad más pequeña, la tercera menos densificada, la segunda con menos personas con necesidades básicas insatisfechas y la primera en cobertura social.
En Chapinero late el corazón de la ciudad. No tiene una identidad única, pero le sobra carácter. Confluyen en ella la actividad comercial, cultural, financiera y de servicios; alberga Embajadas, Organismos de Cooperación Internacional, multinacionales, universidades, colegios. Combina lo más tradicional de las costumbres de la vieja Bogotá con usos posmodernos.
Tiene edificaciones del siglo XXI y yace a los pies de los cerros tutelares, custodiándolos como una madre. vibra de día y no duerme de noche. Tiene el mayor número de empresas de Bogotá y su entorno es atractivo para los inversionistas locales e internacionales.
El 55% de sus habitantes somos mujeres y el 60% tenemos edades entre los 15 y los 55 años. Pero no es Jauja. Hay preocupaciones cotidianas grandes, como la movilidad y la seguridad ciudadana. Por eso es importante cuidar el presupuesto de la Localidad, hacer control político a las inversiones, a las prioridades; y para eso quiero ser edil.
Chapinero tiene talante progresista. Es una localidad humana, que no segrega; sin conflictos, es señorial y LBGT. Recibe con brazos abiertos a los estudiantes y a quienes llegan de provincia buscando mejores posibilidades; es diversa, multicultural, pluriétnica. Es el paradigma de centro ampliado del que habla Gustavo Petro.