A dos semanas del cierre de año, la hoja de ruta del país está saturada de esperanzas pensadas por gente optimista con ilusiones para una verdadera convivencia en paz.
No quedan atrás, el anhelado empuje económico, junto con reformas inaplazables en salud, educación y servicios, entre otras y, afianzar a fondo, la lucha contra la corrupción, una amenaza contra la sociedad civil.
El Acuerdo Final para la Paz, está en primer lugar. Es razón válida para esperar, cómo éste país, vivirá a partir de 2017.
La mirada está sobre la Corte Constitucional y, su decisión, respecto al reconocimiento de la -vía rápida- para respaldar el Acuerdo y dejar la implementación al Congreso. Ojalá no estemos sumergidos en leguleyismo, disfraz de la politiquería.
Los números dicen verdades. Reficar, con sus 8.5 billones de pesos en sobrecostos acaba de quitarle el primer lugar en “tumbes” al Túnel de La Línea, el monumento nacional de la corrupción, iniciado hace 12 años y no lo terminan.
Ojalá no suceda lo mismo con el nuevo Puente Pumarejo, en construcción sobre el río Magdalena, donde avanza la recuperación para volver a navegarlo.
Mostró su vestido la Reforma Tributaria. Sin acreditar su apellido -Estructural- puede ser menos costosa de lo esperado. Le caben algunos estímulos para los cumplidos en tributación de pequeña y mediana empresa y ciudadanía en general.
Se requiere justa balanza para quienes tiene alta tributación. Tampoco es para golpear capitales e inversión con impuestos exagerados. Los golpes arriba, se sienten en los bolsillos de abajo.
El humor negro lo hace la Comisión de Concertación Salarial. Empresarios y expertos, plantean reajuste de 6,5 por ciento, los trabajadores reclaman 14 por ciento.
El chiste lo hará el Gobierno, al fijar aumento salarial con pinzas. Las pensiones bajas, las reajustan con migajas, por debajo del mínimo como todos los años.
Colombia reclamó en Suecia replantear la guerra contra las drogas. ¿Dónde están los comercializadores de droga en Estados Unidos? Hace años caen quienes la envían desde aquí y, no los que la compran y revenden allá.
Se advierte con urgencia al ministerio de Salud y Congreso que el reloj cae implacable sobre la proyectada Reforma en Salud.
No puede haber un año más de congestiones, con larga espera de citas en Régimen Contributivo y dramática odisea en Salud Pública.
Quedan más imágenes en la radiografía. La ciudadanía reclama acelerar el paso en Gobierno y Congreso, sin más choques verbales. El reto es convertir expectativas en realidades.
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